miércoles, 24 de julio de 2013

FINAL DE LA COPA LIBERTADORES



Ronaldinho Gaúcho, como el buen vino, ha perdido con los años los bríos de la juventud y ahora desprende aromas más complejos, con los que quiere poner al Atlético Mineiro en la cima de la Copa Bridgestone Libertadorespara alimentar su sueño de volver a la selección.

A gran distancia del jugador que fue en el Barcelona, cuando ganó dos premios FIFA al mejor del mundo y un Balón de Oro, el veterano Ronaldinho muestra que la edad, lejos de ser un lastre, es una ventaja para ser decisivo.

El año pasado fue determinante para llevar a su equipo a la segunda posición de la liga, su mejor resultado en 15 años, y ahora, con 33 años, es el máximo responsable de que el Mineiro haya firmado su mejor campaña en la Libertadores.

La edad le ha restado capacidad para desbordar y regatear en velocidad, pero no ha mermado un ápice su habilidad en el pase o la precisión en los tiros de falta y, lo que es más importante, ha afinado su visión de juego y sus dotes de mando.

Todos los ataques del equipo de Belo Horizonte pasan por sus pies, puesto que ahora suele jugar más centrado, y él decide cuándo debe acelerar el juego, cuándo pausarlo o cuál es la mejor manera de combinar con sus compañeros.

A su lado han mejorado jugadores experimentados como Diego Tardelli y Jô, que hace años pasaban sin pena ni gloria por el Campeonato Brasileño y ahora reciben invitaciones a la selección.

También ha contribuido al florecimiento de Bernard, porque ha sabido como nadie aprovechar la velocidad del joven extremo, construyendo una sociedad que ha brindado muchos goles al equipo.

En Brasil muchos han calificado el estado de gracia de Ronaldinho como una "segunda juventud" después de su mala experiencia en el Flamengo entre 2011 y 2012, que la prensa achacaba en parte a su agitada vida nocturna, que parece haber moderado en Belo Horizonte.

Cuando 'Dinho' hace un mal partido, el Atlético Mineiro se apaga, como se vio en la ida de la final la semana pasada en Asunción, cuando el Olimpia ganó por 2-0 y Ronaldinho fue sustituido.

Las opciones del Mineiro en la final residen en gran medida en que su estrella brille este miércoles y vuelva a demostrar su mejor fútbol.

En lo personal, él no puede tener más ganas, porque sabe que una victoria importante supondría una carta de presentación inmejorable para convencer al seleccionador nacional, Luiz Felipe Scolari, de que merece una nueva oportunidad.

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