Sonrisa de medio lado, vista al frente, respondiendo con el pulgar derecho en
alto a los aplausos y los gritos de apoyo. Así ha entrado al Juzgado de
Instrucción número 3 de Gavà Leo Messi. La estrella del Barcelona tiene previsto
declarar durante esta mañana por un presunto fraude fiscal.
Una hora antes accedió al recinto su padre, Jorge, arropado por su abogado,
Cristóbal Martell. Con media hora de retraso, se ha dispuesto a declarar sobre
las acusaciones que recaen sobre él y su hijo en relación a un presunto delito
contra la Hacienda pública por no declarar los derechos de imagen durante los
ejercicios fiscales comprendidos entre 2006 y 2009.
Se espera que los Messi no den una versión muy diferente al escrito que
acompañaba los 5,1 millones de euros que consignaron en el Juzgado durante el
pasado mes de agosto. En dicho documento, Jorge Messi reconocía las culpas de la
contratación de asesores fiscales.
Unos 50 vecinos de la localidad se han acercado a la puerta de los juzgados a
curiosear por la visita de la estrella del Barcelona. No todos los días un
jugador de primer nivel mundial pasa por esta zona de Gavà. Junto a ellos, los
numerosos periodistas de medios españoles e internacionales están cubriendo esta
información cuyo alcance alcanzará todos los puntos del planeta, como los goles
de uno de sus protagonistas.
Mientras su padre entró al juzgado serio, Leo Messi accedió sonriente junto a
uno de sus hermanos, escoltado por los Mossos d'Esquadra y con porte calmado y
sereno. El jugador viene a reivindicar su inocencia y explicar que no tiene nada
que ver en la acusación de presunto fraude fiscal.
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