La escapada en una Harley Davidson en la que recorrió de incógnito las calles de Brasilia no fue un evento aislado en la vida como presidenta de Brasil de Dilma Rousseff.
Un informe publicado este domingo por el diario 'Folha de Sao Paulo' revela
que el episodio fue apenas uno más de las recurrente "huidas" de la mandataria
brasileña, que acostumbra burlar a sus guardaespaldas e irse "por
ahí".
'Cristal', el nombre secreto con el que los guardias de seguridad designan a la mandataria, acostumbra visitar a escondidas familiares suyos en Brasilia a bordo de un automóvil "camuflado". También insiste en salir a pasear "sola" cuando viaja al extranjero.
Esta costumbre suele complicarle la vida al jefe de la guardia presidencial, el general Marcos Antonio Amaro dos Santos, quien en más de una ocasión, como en el caso de su paseo en moto por la capital, debe enviar guardias disfrazados para que la vigilen sin que ella se dé cuenta.
Según dijo Amaro en la ocasión, su intención es que la presidenta pasee creyendo que realmente consiguió "burlar" a la guardia, pero sin dejar expuesta su seguridad.
El episodio que reveló la costumbre a salir "de incógnito" de la presidenta ocurrió el pasado 4 de agosto, cuando liberó a sus guardias diciéndoles que se quedaría en su residencia oficial.
El diario revela otro episodio similar ocurrido durante un viaje a Nueva York, cuando Rousseff quiso pasear sola por el Central Park. Amaro fingió permitírselo, pero envío a dos agentes disfrazados de corredores para vigilar sus movimientos.
Por lo que se puede deducir de sus propias palabras, Rousseff suele hacer como algunos antecesores suyos: ir al cine o al teatro llegando poco después de comenzada la función para no ser reconocida.
Así se lo hizo saber a los periodistas que le aconsejaban hacer lo que hacía el ex presidente Itamar Franco, que frecuentaba espectáculos entrando después del comienzo. "Y eso yo no lo sé", respondió sugerente Rousseff.
'Cristal', el nombre secreto con el que los guardias de seguridad designan a la mandataria, acostumbra visitar a escondidas familiares suyos en Brasilia a bordo de un automóvil "camuflado". También insiste en salir a pasear "sola" cuando viaja al extranjero.
Esta costumbre suele complicarle la vida al jefe de la guardia presidencial, el general Marcos Antonio Amaro dos Santos, quien en más de una ocasión, como en el caso de su paseo en moto por la capital, debe enviar guardias disfrazados para que la vigilen sin que ella se dé cuenta.
Según dijo Amaro en la ocasión, su intención es que la presidenta pasee creyendo que realmente consiguió "burlar" a la guardia, pero sin dejar expuesta su seguridad.
El episodio que reveló la costumbre a salir "de incógnito" de la presidenta ocurrió el pasado 4 de agosto, cuando liberó a sus guardias diciéndoles que se quedaría en su residencia oficial.
Paseo en Nueva York
Según 'Folha', mientras los agentes participaban de una ceremonia de cambio de bandera, Rousseff salió a pasear en la clásica moto. Y lo hizo al son de un rock que escuchaba a través de unos altavoces acoplados al casco, junto al dueño del vehículo, el secretario ejecutivo del Ministerio de la Seguridad Social, Carlos Gabas, quien ofició de conductor.El diario revela otro episodio similar ocurrido durante un viaje a Nueva York, cuando Rousseff quiso pasear sola por el Central Park. Amaro fingió permitírselo, pero envío a dos agentes disfrazados de corredores para vigilar sus movimientos.
Por lo que se puede deducir de sus propias palabras, Rousseff suele hacer como algunos antecesores suyos: ir al cine o al teatro llegando poco después de comenzada la función para no ser reconocida.
Así se lo hizo saber a los periodistas que le aconsejaban hacer lo que hacía el ex presidente Itamar Franco, que frecuentaba espectáculos entrando después del comienzo. "Y eso yo no lo sé", respondió sugerente Rousseff.
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