Joseph Blatter, 77 años, preside desde 1998 la FIFA, una "asociación de derecho suizo" con sede en Zúrich cuyo principal objetivo, según rezan sus propios estatutos, consiste en "mejorar constantemente el fútbol".
Blatter, 77 años, maneja los hilos de un negocio planetario que en 2012 ingresó 1.116 millones de dólares y desembolsó 1.077, 53 de ellos únicamente en gastos de gobierno. Así figura en la propia contabilidad de su organización, bajo cuyo paraguas se cobijan 208 federaciones nacionales.
El órgano principal de ese gobierno, denominado Comité Ejecutivo, lo preside el mismo Blatter. Su mano derecha, el argentino Julio Grondona, 82 años, fue elegido para tan selecto club en 1988. Además, existen siete vicepresidentes, entre ellos el bilbaíno Ángel María Villar. Por debajo, 16 miembros y sólo una mujer, elegida en mayo de 2012: Lidya Nsekera, natural de Burundi.
Desde octubre de 2010, hasta 12 miembros de este Comité Ejecutivo se han enfrentado a acusaciones más o menos importantes de corrupción. El paraguayo Nicolás Leoz, el trinitense Jack Warner, el qatarí Mohamed Bin Hammam, el brasileño Ricardo Teixeira, el estadounidense Chuck Blazer, el nigeriano Amos Adamu, el tahitiano Reynald Temarii y el ceilandés Vernon Manilal Fernando hicieron frente a los casos más flagrantes, por lo que ninguno continúa en el cargo.
Bin Hammam, precisamente, lideró en 2011 un movimiento opositor a Blatter, aunque no pudo evitar su tercera reelección. Sólo unos meses después, la Comisión Ética de la propia FIFA, inculpó a Hammam y Warner, su hombre de confianza, por un presunto caso de compra de votos para quitar a Blatter de enmedio. Teixeira, Blazer y Manilal Fernando, cercanos también a Hammam fueron cayendo como naipes en los meses siguientes.
Para evitar suspicacias, Blatter decidió crear en noviembre de 2011 una Comisión Independiente de Gobernabilidad que investigara estos casos y mejorara la transparencia de su organización. Para ello, colocó al frente a Mark Pieth y Alexandra Wrage. La canadiense renunció al cargo el pasado abril. Para resumir su labor dejó una frase para la historia. "Sirvió tanto como un esmalte de uñas en un club de hombres chapados a la antigua". Por su parte, el jurista suizo, con una amplia reputación como fiscal anticorrupción, anunció hace tres semanas que se baja de la nave.
No obstante, la lucha de Blatter contra la corrupción ocupará muchos folios del orden del día en el inmimente Comité Ejecutivo, programado para el 4 de diciembre en Salvador de Bahía. Allí se postergarán de nuevo los debates sobre el máximo de años de mandato del presidente y sobre un eventual cambio de fecha en el Mundial de Qatar, previsto para 2022.
Esta es la realidad, el día a día, de Joseph Blatter, 77 años, presidente de la FIFA, que el viernes protagonizó una ridícula escena a costa de Cristiano Ronaldo en la Universidad de Oxford.
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