Se acabaron los números, qué más dan, hasta luego matemáticas. El fin del
liderazgo de Novak Djokovic que duraba dos años, Rafael Nadal ya es el número
uno del ranking de la ATP. Como mínimo hasta la
próxima primavera, acabará el año en el puesto, pues ya lo que viene, Shanghai,
París, la Copa de Maestros de Londres e incluso el Open de Australia, es todo
beneficios. El fruto de una temporada excelsa que remató este sábado con su
ascenso definitivo en la lista y su decimotercera final de los 14 torneos en los
que se ha inscrito.
Aunque no fue cómo esperaba. Su encuentro ante Tomás Berdych, semifinales del Torneo de Pekín, apenas duró 37 minutos. En el primer smash que hizo el checo, notó un pinchazo en la parte izquierda de la espalda, la región dorsal por lo que indicaba, y al finalizar el sexto juego, con 4-2 a favor de Nadal, ya requirió asistencia médica. Se fue al vestuario a recibir un masaje, incluso intentó volver, pero en los puntos posteriores vio que apenas podía moverse, ni girarse para el revés, ni correr con comodidad, por lo que desistió. Una lástima.
El encuentro ya había dejado buenos detalles. Nadal, por ejemplo, mejorando su nivel de juego de esta semana. Más agresivo en el resto desde el inicio, el español había expuesto mayor solidez en el saque, pese a un break de ida y vuelta de entrada, e incluso más seguridad en la subida a la red que probó, algo que apenas había ocurrido los días anteriores en China. Berdych, por ejemplo, mostrando que la pista favorecía a su juego aunque el ya líder del tenis mundial probaba de contrarrestarle con cambios de direcciones y mucha altura en sus golpes. Tampoco dio tiempo para más.
Con la pronta retirada del checo, llegó el número uno de Nadal. Por tercera vez. Las dos anteriores le duró un año, siempre lo perdió tras Wimbledon, con lo que ya tiene nuevo objetivo: mantener el privilegio un curso entero. En su estreno en el techo de la ATP, tras los Juegos de Pekín 2008, sostuvo el número uno durante 46 semanas, hasta el 5 de julio del año siguiente. En su vuelta, en junio de 2010 pudo 'reinar' algo más, 56 semanas, hasta el 3 de julio de 2011. 102 semanas en total. En la primera ocasión le apartó una lesión, en la segunda Djokovic, presumible rival también en la tercera que recién comienza. Y por los meses de los meses.
Aunque no fue cómo esperaba. Su encuentro ante Tomás Berdych, semifinales del Torneo de Pekín, apenas duró 37 minutos. En el primer smash que hizo el checo, notó un pinchazo en la parte izquierda de la espalda, la región dorsal por lo que indicaba, y al finalizar el sexto juego, con 4-2 a favor de Nadal, ya requirió asistencia médica. Se fue al vestuario a recibir un masaje, incluso intentó volver, pero en los puntos posteriores vio que apenas podía moverse, ni girarse para el revés, ni correr con comodidad, por lo que desistió. Una lástima.
Nadal, durante el partido. | Afp
El encuentro ya había dejado buenos detalles. Nadal, por ejemplo, mejorando su nivel de juego de esta semana. Más agresivo en el resto desde el inicio, el español había expuesto mayor solidez en el saque, pese a un break de ida y vuelta de entrada, e incluso más seguridad en la subida a la red que probó, algo que apenas había ocurrido los días anteriores en China. Berdych, por ejemplo, mostrando que la pista favorecía a su juego aunque el ya líder del tenis mundial probaba de contrarrestarle con cambios de direcciones y mucha altura en sus golpes. Tampoco dio tiempo para más.
Con la pronta retirada del checo, llegó el número uno de Nadal. Por tercera vez. Las dos anteriores le duró un año, siempre lo perdió tras Wimbledon, con lo que ya tiene nuevo objetivo: mantener el privilegio un curso entero. En su estreno en el techo de la ATP, tras los Juegos de Pekín 2008, sostuvo el número uno durante 46 semanas, hasta el 5 de julio del año siguiente. En su vuelta, en junio de 2010 pudo 'reinar' algo más, 56 semanas, hasta el 3 de julio de 2011. 102 semanas en total. En la primera ocasión le apartó una lesión, en la segunda Djokovic, presumible rival también en la tercera que recién comienza. Y por los meses de los meses.
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