El detalle más picante de este caso es que fue un informante anónimo el que denunció ante la Fiscalía la evasión fiscal. Algunos medios de comunicación alemanes, como la revista Stern, elevan la cifra suiza hasta los 400 millones de euros en el banco Vontobel. A través de esa cuenta se habrían estado llevando a cabo lucrativas operaciones de compra y venta de acciones de la alemana Deutsche Telekom por cantidades que multiplican por 40 lo reconocido por su titular ante la Justicia alemana.
A principios de año, según se supo posteriormente, Hoeness quiso aprovechar una amnistía fiscal que ofrecía el gobierno Merkel y puso en conocimiento de la agencia tributaria alemana una cuenta en Suiza con 10 millones de euros, beneficiándose de las ventajas que ofrecía en ese momento el Estado alemán. Después de la denuncia, sin embargo, la Fiscalía efectuó registros tanto su despacho como las oficinas del club y fue incluso formulada una orden de ingreso en prisión que no llegó a ser ejecutada al pagarse la fianza.
Además de un delito fiscal, puede haberse descubierto un hilo que lleve al ovillo de información privilegiada en operaciones de bolsa. Deutsche Telekom es desde 2002 patrocinador destacado del Bayern Münich y sus directivos mantienen una estrecha relación personal y profesional con Hoeness.
El presidente del Bayern se niega a dimitir y parece contar con el apoyo del resto de la directiva, pero resulta difícil imaginar que un presidente de un club deportivo en pleno juicio por una evasión fiscal de tal magnitud pueda llegar en su cargo hasta el final de la temporada de la Bundesliga.
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