En la carta se lee: "Sin tu ayuda y sacrificio no podríamos tener a nuestra familia. Debes saber que le contaremos sobre ti y sobre lo especial que eres para nosotros. Nunca te olvidaremos, siempre estarás en nuestro corazón".
Makwan dio a luz al niño hace dos semanas. "Claro que me siento mal, llevé al niño en mi vientre durante nueve meses", dijo. "Pero ella necesita un niño y yo necesito dinero".
La maternidad subrogada está cobrando auge en India gracias al bajo costo del procedimiento, a la disponibilidad de mujeres para ello y a que es uno de los pocos países que permiten la práctica con fines económicos. India es el segundo país más poblado del mundo.
En un hostal de Anand, una pequeña ciudad conocida como la "capital de la leche" de India, localizada en el estado occidental de Gujarat, viven 50 madres de alquiler. Cada una ganará unos 8.000 dólares (104.000 pesos) por llevar un bebé en su vientre. "Es mucho dinero", dijo una mujer que se identificó como Manjula.
Esta es la segunda vez que Manjula, de 30 años, y con un hijo y dos hijas, ha gestado a un niño por dinero. Antes de la maternidad subrogada, ella y su esposo solían ganar menos de dos dólares (26 pesos) al día trabajando en los campos. "La primera vez que vine, construí una casa", dijo. "Ahora vine por mi hija. Tengo que educarla y casarla. Quiero enseñar las computadoras a mis hijas; tengo que educarlas… lograr que (se) casen con un buen chico", agregó.
El alto número de médicos capacitados de India para dicho tipo de gestación convierten al país asiático en una meca para las parejas que buscan a alguien que geste a su bebé por ellos. En este hostal, todas las mujeres están al cuidado de Nayana Patel, médico que empezó a interesarse por las madres sustitutas en 2003, cuando ayudó a una abuela que gestó unos gemelos para su hija.
"Fue entonces cuando empecé con la maternidad subrogada comercial porque no todo el mundo tiene la suerte de tener una madre, hermana o amiga que geste a su hijo", dijo.
La mujer que renta su vientre "obtiene la vida que soñó porque de otra forma no podría conseguir esta cantidad de dinero ni cambiar la vida de su esposo, de sus hijos, conseguir una casa, educar a sus hijos", dijo Patel, quien desde 2004 ha atendido el nacimiento de 700 bebés de madres para 580 parejas. "La pareja nunca habría tenido un hijo si la sustituta no les hubiera ayudado. El resultado final es que un bebé llegó a esta Tierra y eso es hermoso".
India ha tomado medidas para regular el sector. Las parejas de extranjeros del mismo sexo y los padres solteros no pueden contratar a una madre de alquiler. Hay una nueva propuesta para requerir que las madres tengan entre 21 y 35 años.
Patel recibe "muchas solicitudes de parejas homosexuales, pero nunca lo hemos hecho. Por la razón de que esta es una ciudad pequeña, la gente no sabe de esto y sentí que sería demasiado presentarle una pareja homosexual a la madre sustituta".
Los detractores dicen que las clínicas de maternidad subrogada de India son fábricas de bebés. "La comercialización ha provocado una gran explotación económica de estas mujeres", dijo Ranjana Kumari, una activista por los derechos de las mujeres y directora del Centro de Investigaciones Sociales en Nueva Delhi.
Aunque las sustitutas a las que CNN entrevistó en Anand dicen que reciben hasta 8.000 dólares, Kumari dijo que las investigaciones del centro demuestran que a menudo no les dan el dinero prometido: a veces les pagan apenas 800 dólares (10.400 pesos). "Así que en realidad no es un negocio tan rentable como lo presentan", señaló Kumari.
"Si alguien en realidad decide tener un hijo, una amiga debería ofrecer su vientre, alguna familiar debería ofrecer el vientre. ¿Por qué tienen que hacerlo las mujeres pobres? Es como la venta de órganos", agregó Kumari.
Las sustitutas dicen que la gente local también critica la práctica. "La gente del pueblo piensa que es algo sucio", explicó Manjula. "Para mí, la doctora Patel ha hecho algo bueno".
Madhu Makwan, la madre de alquiler, dice que el servicio cambió por completo su destino y el de su familia. Cuando le preguntaron qué le diría a los padres canadienses que alquilaron su vientre, respondió: "Les diría: 'gracias'. ¡No sé decir otra cosa en inglés!".
"Ahora tengo una oportunidad para hacer mi vida", dijo Makwan, enjugándose las lágrimas. "Dios ha sido bondadoso".
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