El papel del Ecuador en el ámbito internacional lo ha ubicado en el centro de varias polémicas. Pero el Gobierno del presidente Rafael Correa se concentró en buscar la unidad regional e intentar cambiar las relaciones de poder en el continente. La tarea no fue fácil.El fallecimiento del mandatario venezolano, Hugo Chávez, dejó abierta la vacante para el liderazgo de la región, especialmente de la Alianza Bolivariana (ALBA) y de Unasur. El puesto sigue ahí. Pese a que el papel del jefe de Estado ecuatoriano ha ganado un mayor protagonismo, no cuenta con el poder económico que contaba su homólogo. Aunque se parecen mucho en la forma de utilizar el poder mediático a su favor.La prolongación de la defensa de Julian Assange, fundador de Wikileaks, le dio un papel protagónico más allá de las fronteras regionales. El apoyo a Edward Snowden, extécnico de la CIA, también fue parte de su discurso contrahegemónico de este año. El episodio tuvo su clímax cuando el presidente boliviano Evo Morales fue detenido en España, a su salida de Rusia, por temor a que hubiese refugiado a Snowden en su avión. La Unasur se reunió de emergencia y Cristina Fernández, mandataria argentina, llamó personalmente a Correa para alertarlo y tomar acciones.La propuesta de reformar el Sistema Interamericano de Derechos Humanos fue otro punto clave del Gobierno, pero sin éxito. Los objetivos fueron mover la sede de Washington y hacer que Estados Unidos firme el Pacto de San José o se retire. La tesis ecuatoriana encontró respaldo tan solo en tres países.El centro de atención del Gobierno se ha volcado en fortalecer la Unasur, la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (Celac) y recientemente de Petrocaribe. Estratégicamente, de la mano del canciller Ricardo Patiño, la política internacional ecuatoriana ha ido ensamblando nuevas alianzas. El funcionario advirtió de la importancia que implica para el Gobierno consolidar estos nuevos escenarios. Ecuador aceptó coordinar las relaciones entre la ALBA y Petrocaribe.El interés por incrementar la representación de la Unasur como sistema regional ha hecho que el Ecuador cierre otros espacios como el de la Comunidad Andina. Por eso al Gobierno le desagrada la Alianza del Pacífico, fuertemente impulsada por el presidente colombiano Juan Manuel Santos. La táctica, sin embargo, ha sido mejorar las relaciones y establecer acuerdos con el vecino país, a pesar de que dista de la ideología del socialismo del siglo XXI.Aunque no ha sido un año de triunfos pragmáticos, el Gobierno ha captado mucha atención mediática y ha despertado el interés de los países que se oponen a los gobiernos de las potencias tradicionales de occidente.El datoLa carta de presentación internacional del Gobierno fue el proyecto de la Ciudad del Conocimiento Yachay. La lucha contra Chevron fue el segundo objetivo.
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