martes, 18 de febrero de 2014

LAS CARRERAS TÉCNICAS SE CALIBRAN SEGÚN LA DEMANDA PRODUCTIVA

A simple vista una tapilla de plástico no tiene mucho valor. Pero su elaboración demanda un proceso minucioso de ecuaciones, control de temperatura y velocidad, análisis de plástico, calibración de equipos, etc.
Jairon Triguero conoce esos detalles, que para el consumidor final pasan desapercibidos. En la miniplanta de plásticos de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) en Guayaquil, el estudiante se detiene frente a una máquina de inyección. Presiona algunos botones y empiezan a rodar las tapillas.
En este mes, el joven de 21 años será tecnólogo en Plásticos. Aunque ya laboraba en una empresa (ganaba USD 600), renunció para concluir la carrera.
"Tenemos 20 alumnos por egresar y todos consiguen empleo de inmediato; hacen falta tecnólogos", explica Luis Vargas, director de carrera.
En el país operan 500 empresas de procesamiento de plásticos que dan empleo de forma directa a casi 15 000 personas. Falta mano de obra calificada.
"La industria del plástico tiene su talón de Aquiles: no hay personal capacitado en elaborar moldes para procesamiento; por eso importan moldes de China", indica Vargas.
Tecnología en Plásticos es una de las 20 nuevas carreras técnicas y tecnológicas aprobadas por el Consejo de Educación Superior (CES). Estarán disponibles en la plataforma del Sistema Nacional de Admisión y Nivelación para los bachilleres que se inscriban en el examen de ingreso del próximo 29 de marzo.
Son carreras cortas (de tres años), que serán impartidas en institutos superiores y que aportarán al cambio de matriz productiva que impulsa el Gobierno. René Ramírez, secretario nacional de Educación Superior, explica que estas carreras ayudarán a consolidar "la era pospetrolera". 
Educación y producción
Tradicionalmente, los bachilleres prefieren la universidad antes que los institutos para cursar la educación superior: 88% versus 12% en tasa de matriculación. El promedio mundial es 75-25. Pero al analizar qué tanto aporta la universidad al cambio de matriz, la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) concluyó que solo 27% de oferta académica de grado y 12% de posgrados se ajustan a este proyecto. Esto causó una "subutilización histórica de profesionales de tercer nivel", según el organismo, pues "hay ingenieros que ocupan cargos de operarios por falta de tecnólogos", como indica la Senescyt.
Para dar un giro a las cifras, el Régimen apuesta por carreras cortas vinculadas a Biotecnología, Mecánica Naval, Telecomunicaciones, Energías Renovables, Desarrollo de Software, Seguridad Ciudadana, Mecatrónica, Nanotecnología, Procesamiento de Alimentos, etc.
En total se diseñarán 52 carreras, según las siete categorías de la Clasificación Internacional Normalizada de la Educación de la Unesco: ingeniería, industria y construcción, ciencias, servicios, agricultura, educación, salud, artes y humanidades.
Galo Nina, subsecretario de Formación Técnica y Tecnológica, explica que una parte de estas carreras se impartirá en 12 institutos que estarán listos en octubre próximo para el régimen Sierra. Otros nueve funcionarán desde marzo del 2015 en la Costa. En este año se ofertarán 10 000 cupos y 40 institutos serán reconvertidos en el país, con una inversión plurianual de USD 308 millones. En Guayaquil, el Instituto Técnico Simón Bolívar, especializado en mecánica y electricidad, pasará por esta transformación. Aquí se dictará Tecnología en Plásticos.
Teoría y práctica por igual
Michelle Rodríguez estudia Ingeniería Agroindustrial. Está a punto de finalizar, y en este ciclo las prácticas son continuas en la planta de derivados de lácteos y cárnicos de la Facultad Técnica de la Universidad Católica de Guayaquil. "Aprendemos desde la poscosecha hasta el producto final".
Su maestra y coordinadora de la planta de lácteos, María Victoria Vargas, asegura que la agroindustria se engrana a la perfección con el cambio de matriz productiva. El 68% de la industria ecuatoriana apunta al mercado de alimentos y textiles; y la industria alimenticia representa más de USD 4 000 millones del PIB.
Para fomentar este sector, en Guayaquil, en el Guasmo, se levantará un instituto sectorial especializado en el procesamiento de alimentos. S e destinarán USD 113 millones en máquinas para afianzar el modelo educativo dual (50% de clases y 50% de prácticas en industrias públicas y privadas, con las que el Estado empezará a firmar convenios).
El otro reto será revalorizar la profesión: una encuesta de la Senplades reveló que en el 2012 que el salario promedio de un técnico o tecnólogo era de USD 288.
TOMADO DE DIARIO EL COMERCIO

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