El Comité Olímpico Internacional (COI) comunicó el jueves por la noche a la federación alemana que uno de sus esquiadores, la biatleta Evi Sachenbacher-Stehle, no había superado un control antidopaje. En su análisis se halló el estimulante metilhexamina. El contraanálisis ha confirmado el positivo, el primero de los Juegos de Invierno de Sochi, donde el COI ha lanzado un ambicioso plan de controles para luchar contra los tramposos. Además, este viernes, el italiano William Frullani, participante de bobsleigh, ha dado positivo también por una sustancia prohibida y ha sido excluido del equipo olímpico, igual que la alemana.
Frullani, agente de policía y exdecatleta de 34 años, ha dado positivo por dimetilpentilamina en un control al que se sometió el 18 de febrero, y no participará este sábado en la competición.
La esquiadora fue cuarta en los 12,5 kilómetros de la salida en masa. El nombre de la atleta que había dado positivo fue desvelado por la agencia DPA, aunque todavía no ha trascendido la sustancia que reveló el control. La Federación Alemana de Esquí agrupa a distintos deportes, como el esquí alpino, el esquí de fondo y la combinada nórdica (saltos de esquí y esquí de fondo).
La lucha contra el dopaje se intensifica en cada gran evento como los Juegos Olímpicos. En Sochi está previsto realizar 2.453 controles, un 14% más que hace cuatro años en Vancouver. Cuando sus responsables presentaron este ambicioso plan explicaron que se centrarían en los deportes de “alto riesgo”, aquellos que como el esquí de fondo exigen mayor resistencia y fuerza, y en los deportes de equipo, como el hockey sobre hielo.
De los casi 2.500 controles previstos, 1.944 serían de orina, 509 de sangre y otros 572 específicos para detectar EPO. Como novedad, los resultados de estos controles se guardarán durante 10 años, lo que permitirá castigar a dopados que con las herramientas actuales no darían positivo, pero que pueden caer con tecnologías futuras.
El positivo es un varapalo para uno de los grandes equipos de estos Juegos Olímpicos. Alemania es el tercer país que más medallas ha ganado en Sochi (16), solo por detrás de Noruega y Estados Unidos. De ellas, ocho son de oro. Un escándalo que también ha salpicado a Italia.
La esquiadora fue cuarta en los 12,5 kilómetros de la salida en masa. El nombre de la atleta que había dado positivo fue desvelado por la agencia DPA, aunque todavía no ha trascendido la sustancia que reveló el control. La Federación Alemana de Esquí agrupa a distintos deportes, como el esquí alpino, el esquí de fondo y la combinada nórdica (saltos de esquí y esquí de fondo).
La lucha contra el dopaje se intensifica en cada gran evento como los Juegos Olímpicos. En Sochi está previsto realizar 2.453 controles, un 14% más que hace cuatro años en Vancouver. Cuando sus responsables presentaron este ambicioso plan explicaron que se centrarían en los deportes de “alto riesgo”, aquellos que como el esquí de fondo exigen mayor resistencia y fuerza, y en los deportes de equipo, como el hockey sobre hielo.
De los casi 2.500 controles previstos, 1.944 serían de orina, 509 de sangre y otros 572 específicos para detectar EPO. Como novedad, los resultados de estos controles se guardarán durante 10 años, lo que permitirá castigar a dopados que con las herramientas actuales no darían positivo, pero que pueden caer con tecnologías futuras.
El positivo es un varapalo para uno de los grandes equipos de estos Juegos Olímpicos. Alemania es el tercer país que más medallas ha ganado en Sochi (16), solo por detrás de Noruega y Estados Unidos. De ellas, ocho son de oro. Un escándalo que también ha salpicado a Italia.
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