Sólo es un punto blanco sobre un fondo negro. Cuando se enfoca
más cerca, asoma el contorno de algo que tal vez sea una parte de una
aeronave.
Puede ser una clave vital en el enigma que se ha convertido el vuelo MH370 de Malaysia Arlines. O podría ser un contendedor, los restos de un barco pesquero, restos flotantes del tsunami que afectó Indonesia hace diez años, trozos de madera, residuos de plástico, incluso simplemente una espuma transitoria en un mar tempestuoso.
Ninguna de estas posibilidades se puede descartar en las imágenes satelitales del sur del Océano Índico donde se ha centrado la búsqueda del avión desaparecido.
Ante la ausencia de datos más específicos, encontrar restos de la aeronave sigue siendo crítico para resolver el rompecabezas de su desaparición.
La ubicación y la condición de cualquier pieza recuperada se pueden analizar en un complejo modelo de computador de los vientos y mareas del océano. Los científicos pueden reconstruir las condiciones del 8 de marzo, día en que se le perdió la pista.
Si la simulación sugiere que los fragmentos tienen un origen común, la búsqueda de la caja negra puede centrarse alrededor de ese punto.
¿Pero cuál es la probabilidad de que esos puntos blancos en las fotos satelitales sean realmente rastros del avión perdido?
"Falsos Positivos"
Es virtualmente imposible sacar conclusiones a partir de sólo las imágenes, según coinciden varios científicos contactados por la BBC.
Para ellos, la caza del avión sólo ha enfatizado lo poco que sabemos de las aguas que cubren dos terceras partes de la superficie del planeta. Es un conocimiento tan superficial como profundo es el océano.
El Océano Índico es una frontera en donde la teoría se encuentra contra el caos.
"Esto evidencia aún más qué tan inexistente es nuestro sistema de observación marina de escombros", dice Nikolai Maximenko, oceanógrafo de la Universidad de Hawái.
Maximenko estuvo analizado imágenes satelitales después del tsunami del 2011 en Japón, pero fue incapaz de encontrar algo que tuviera algún significado.
"Yo sabía que debía haber miles de objetos, pero lo único que pude distinguir fue un petrolero, que no tenía nada que ver con los desechos", dijo.
"En algunos casos uno siente que hay algo anómalo en la imagen, pero no hay ninguna herramienta para probarlo", agregó.
Escombros Flotantes
Algunos problemas en las últimas búsquedas incluyen el lapso entre la recuperación de los datos satelitales y la llegada de los barcos o aviones de búsqueda a la zona.
Además, una fotografía aérea puede llegar a ser tan buen indicio de ubicación como la foto de una moneda en medio del ciclo de centrifugado de una lavadora.
"La búqueda de claves en las imágenes satelitales seguramente traerá a la luz muchos 'falsos positivos'", dice Simon Boxall, oceanógrafo de la Universidad de Southampton.
Los océanos están plagados de residuos flotantes, y el Índico no es la excepción. Pero también es un cuerpo de agua del cual se sabe muy poco.
Los institutos de EE.UU. y Europa que realizan la mayoría de la investigación oceanográfica –siguiendo residuos, estudiando la vida marina, mapeando el fondo del océano–, han enfocado sus estudios en las aguas cercanas al Atlántico y al Pacifico.
Kara Lavender Law, un experto en escombros marinos que trabaja para la Asociación de Educación del Mar, en Estados Unidos, dice que la mayoría de la información sobre el hallazgo de basura marina no viene del Océano Índico.
"De todos los datos que puedo encontrar, de 10.000 puntos en el mapa, veo tal vez cinco puntos al oeste de Australia", dice.
Por otra parte, la vasta área donde pudo haber desaparecido el avión está en el más negro de los agujeros, incluso para los estándares del Océano Índico.
Ubicada a miles de kilómetros de distancia al oeste de Australia, rara vez ha despertado el interés de grandes corporaciones o gobiernos.
"La búqueda de claves en las imágenes satelitales seguramente traerá a la luz muchos 'falsos positivos'"
Simon Boxall, oceanógrafo de la Universidad de
Southampton
Los satélites capaces de identificar el número de una placa en un carro en Yemen –los cuales son utilizados por las fuerzas militares de EE.UU. y por firmas como Google- no tienen ningún tipo de experiencia en estas aguas.
De hecho, dice Boxall, es muy poco probable que satélites hayan estado capturando antes el tipo de imágenes que se están produciendo hoy en día de la zona.
Esto quiere decir que es muy difícil comparar las fotos recientes que insinúan escombros, con fotos similares antes de que el avión cayera. Esos puntos blancos pueden ser nuevos o puede que ya estuviesen ahí.
Los científicos no se ponen de acuerdo en si las imágenes aéreas tienen alguna relevancia para la búsqueda. Pero también enfatizan que se debe tener la mente abierta hasta que los puntos vistos desde el aire se puedan ver de cerca desde un barco.
Las imágenes satelitales cubren una zona donde el Océano Índico se encuentra con el Océano Austral, rodeando a la Antártica.
Existe el riesgo, dice Boxall, de que los residuos en esta área hayan venido de cualquiera de los océanos que rodean la Antártica.
En este caso, las manchas en las fotos pueden ser simplemente los restos flotantes de la globalización, tal como los miles de contenedores de carga que se pierden en alta mar cada año.
"Una gran máquina de Pinball"
Otros expertos son un poco más optimistas y creen que las imágenes satelitales sí muestran restos del avión caído.
Para comenzar, la mayoría de la basura del océano es generada en el hemisferio norte. Las corrientes se aseguran de que se queden ahí, dice Marcus Eriksen, científico marino que ha mapeado los desechos del mar para el Instituto Americano Five Gyres.
Mas aún, dice, la basura grande -por ejemplo, cubos de plástico- se encuentra tradicionalmente en costas cercanas a zonas pobladas.
En cambio, los pedazos de basura que flotan en mitad de los océanos en remolinos subtropicales conocidos como "giros" generalmente no son más grandes que la tapa de una botella.
La búsqueda del avión se ha centrado en el hemisferio sur a miles de kilómetros de tierra firme. Esto puede hacer que aumente la posibilidad de que las grandes manchas vistas en las imágenes realmente tengan algo que ver con el avión desaparecido.
Las aguas en esa zona son las más limpias del mundo, de acuerdo a Erik van Sebille, oceanógrafo que hace seguimiento de corrientes en la Universidad de New South Wales, en Australia.
La mayoría del agua del océano austral es empujada hacia el norte, hacia la línea ecuatorial. En teoría, dice él, esto reduce -aunque no elimina- la posibilidad de que los objetos flotantes en la zona de la búsqueda sean basura marina venida de Asia.
"Allá abajo es como una gran máquina de pinball. Si tú le pegas a la bola en un ángulo un poco diferente, y en un momento distinto, la trayectoria va a variar completamente"
Markus Eriksen, Instituto Americano Five
Gyres
De todas maneras, si los fragmentos descubiertos en la zona son, en efecto, del avión, la probabilidad de encontrar la caja negra disminuye cada día que pasa.
En el mejor de los casos, los modelos generados por el computador pueden ubicar el lugar donde cayó el avión en un radio de alrededor de 50 kilómetros, dice Sebille. Pero el margen de error se multiplica con la turbulencia del mar y el tiempo que va pasando.
"Allá abajo es como una gran máquina de pinball" dice, refiriéndose a los efectos que tienen los mares sobre los desperdicios flotantes.
"Si tú le pegas a la bola en un ángulo un poco diferente, y en un momento distinto, la trayectoria va a variar completamente".
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