Josep Guardiola llegó al Bayern de Múnich con la difícil misión de mantener
el nivel tras la brillante pasada temporada del equipo y en su primer curso en
la Bundesliga consiguió hacer campeón nacional al club a siete jornadas para el
final, todo un récord.
El pasado año, Jupp Heynckes había logrado fijar una nueva plusmarca coronando al equipo a falta de seis, por lo que el técnico catalán dio un paso más allá.
Guardiola es un Rey Midas del fútbol, que convierte en oro todo lo que toca, y por el momento su Bayern aspira a un nuevo 'triplete' como en la 2012-2013, ya que está clasificado para las semifinales de la Copa de Alemania y para los cuartos de final de la Liga de Campeones europea.
Por el momento, son ya tres los títulos que ha ganado Guardiola en Múnich: además de esta Bundesliga, el equipo levantó el trofeo en la Supercopa de Europa de finales de agosto y en el Mundial de Clubes de diciembre.
El Bayern de Heynckes aseguró matemáticamente el título liguero el 6 de abril y esta campaña el equipo lo ha hecho cuando aún no ha acabado marzo, lo que en principio permitirá más tiempo para concentrar esfuerzos en la 'Champions League', donde en cuartos se verá con el Manchester United, un grande en horas bajas y que no podrá contar con su estrella holandesa Robin van Persie, lesionado.
El equipo se mantiene invicto en la Bundesliga desde hace 52 partidos, desde la pasada temporada, por lo que Guardiola no sabe lo que es perder un partido en el campeonato alemán.
El exentrenador del Barcelona tiene motivos más que sobrados para estar satisfecho.
Recientemente dijo que la Bundesliga era "como comer pizza o hamburguesa cada día", mientras que la Liga de Campeones es "una buena comida en un buen restaurante". Esas palabras fueron interpretadas por algunos como un menosprecio a la liga alemana, pero las críticas fueron puntuales.
Lo que sí ha ido cosechando de manera regular desde su llegada a Alemania han sido elogios, empezando ya en su primera conferencia de prensa en el mes de junio, donde demostró haberse aplicado en su estudio de la lengua de Goethe y habló a los hinchas en su propio idioma.
Incorporó al equipo al español Thiago Alcántara, al que ya había tenido a sus órdenes en el Barça, e introdujo un sistema 4-1-4-1, abandonando el 4-2-3-1 sobre el que se había construido el Bayern de Heynckes.
Guardiola también ha demostrado ser un gran director de orquesta, por haber sabido controlar muy bien la situación en el vestuario para que no estallase una lucha de egos en un equipo con nombres como Franck Ribery, Arjen Robben, Mario Götze, Thomas Müller, Toni Kroos o el propio Thiago.
Las lesiones, paradójicamente, le han ayudado a confeccionar sus onces titulares, ya que sólo ha tenido a todos sus figuras disponibles en contadas ocasiones.
El único punto negativo de lo que va de temporada fue su derrota de julio contra el Borussia Dortmund (3-1) en la Supercopa de Alemania, un revés que evita la posibilidad de un pleno de títulos, aunque la relevancia menor de ese torneo evita cualquier dramatismo.
Las pequeñas dudas generadas por esa derrota se borraron pronto cuando el Bayern ganó al Chelsea de su archienemigo Jose Mourinho en Praga, en la lucha por la Supercopa de Europa.
En la Liga de Campeones el camino del equipo ha sido brillante, salvo por una derrota 3-2 en casa con el Manchester City en la fase de grupos, aunque el equipo ya tenía seguro su billete para octavos de final y terminó en cabeza de la llave.
En el torneo europeo había conseguido otro récord, el de victorias consecutivas en el torneo (10), tras un triunfo sobre el CSKA Moscú, también en la fase de grupos.
El pasado año, Jupp Heynckes había logrado fijar una nueva plusmarca coronando al equipo a falta de seis, por lo que el técnico catalán dio un paso más allá.
Guardiola es un Rey Midas del fútbol, que convierte en oro todo lo que toca, y por el momento su Bayern aspira a un nuevo 'triplete' como en la 2012-2013, ya que está clasificado para las semifinales de la Copa de Alemania y para los cuartos de final de la Liga de Campeones europea.
Por el momento, son ya tres los títulos que ha ganado Guardiola en Múnich: además de esta Bundesliga, el equipo levantó el trofeo en la Supercopa de Europa de finales de agosto y en el Mundial de Clubes de diciembre.
El Bayern de Heynckes aseguró matemáticamente el título liguero el 6 de abril y esta campaña el equipo lo ha hecho cuando aún no ha acabado marzo, lo que en principio permitirá más tiempo para concentrar esfuerzos en la 'Champions League', donde en cuartos se verá con el Manchester United, un grande en horas bajas y que no podrá contar con su estrella holandesa Robin van Persie, lesionado.
El equipo se mantiene invicto en la Bundesliga desde hace 52 partidos, desde la pasada temporada, por lo que Guardiola no sabe lo que es perder un partido en el campeonato alemán.
El exentrenador del Barcelona tiene motivos más que sobrados para estar satisfecho.
Recientemente dijo que la Bundesliga era "como comer pizza o hamburguesa cada día", mientras que la Liga de Campeones es "una buena comida en un buen restaurante". Esas palabras fueron interpretadas por algunos como un menosprecio a la liga alemana, pero las críticas fueron puntuales.
Lo que sí ha ido cosechando de manera regular desde su llegada a Alemania han sido elogios, empezando ya en su primera conferencia de prensa en el mes de junio, donde demostró haberse aplicado en su estudio de la lengua de Goethe y habló a los hinchas en su propio idioma.
Incorporó al equipo al español Thiago Alcántara, al que ya había tenido a sus órdenes en el Barça, e introdujo un sistema 4-1-4-1, abandonando el 4-2-3-1 sobre el que se había construido el Bayern de Heynckes.
Guardiola también ha demostrado ser un gran director de orquesta, por haber sabido controlar muy bien la situación en el vestuario para que no estallase una lucha de egos en un equipo con nombres como Franck Ribery, Arjen Robben, Mario Götze, Thomas Müller, Toni Kroos o el propio Thiago.
Las lesiones, paradójicamente, le han ayudado a confeccionar sus onces titulares, ya que sólo ha tenido a todos sus figuras disponibles en contadas ocasiones.
El único punto negativo de lo que va de temporada fue su derrota de julio contra el Borussia Dortmund (3-1) en la Supercopa de Alemania, un revés que evita la posibilidad de un pleno de títulos, aunque la relevancia menor de ese torneo evita cualquier dramatismo.
Las pequeñas dudas generadas por esa derrota se borraron pronto cuando el Bayern ganó al Chelsea de su archienemigo Jose Mourinho en Praga, en la lucha por la Supercopa de Europa.
En la Liga de Campeones el camino del equipo ha sido brillante, salvo por una derrota 3-2 en casa con el Manchester City en la fase de grupos, aunque el equipo ya tenía seguro su billete para octavos de final y terminó en cabeza de la llave.
En el torneo europeo había conseguido otro récord, el de victorias consecutivas en el torneo (10), tras un triunfo sobre el CSKA Moscú, también en la fase de grupos.
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