Al fondo del mar. En el puerto de Perth, Australia, preparan el vehículo submarino que tratará de encontrar las cajas negras del avión perdido
Las autoridades australianas anunciaron ayer que los objetos recuperados el sábado en el Océano Indico no pertenecen al avión de Malaysia Airlines desaparecido, en tanto que un grupo de familiares de los 239 pasajeros llegó a Kuala Lumpur para exigir una disculpa del gobierno malasio por las desprolijidades en el manejo de la información del caso.
Según la Autoridad de Seguridad Marítima Australiana, los objetos reflotados el sábado por dos barcos, el Haixun 01 de China y el HMAS Success de Australia, son materiales de pesca o basura, informó la agencia de noticias DPA.
Tras confirmarse que los investigadores siguen sin tener ninguna prueba concreta, el primer ministro australiano, Tony Abbott, prometió que su gobierno “no descansará” hasta que se haya hecho todo lo posible para ubicar al avión.
También prometió que gastará “lo que tenga que gastar” para revelar el misterio del Boeing 777 de Malaysia Airlines, que despegó de Kuala Lumpur con 239 personas a bordo rumbo a Beijing en la madrugada del 8 de marzo y desapareció de los radares civiles de Malasia unos 40 minutos después de despegar.
En tanto, en Kuala Lumpur familiares de los pasajeros del avión exigieron hoy una disculpa al gobierno de Malasia por cómo manejó la búsqueda.
“Queremos pruebas, la verdad, dignidad”, decía una de las pancartas que los familiares desplegaron en una conferencia de prensa en un hotel cercano al Aeropuerto Internacional de Kuala Lumpur, donde algunos de ellos arribaron ayer por la mañana.
El grupo se quejó de no haber recibido información útil por parte de la delegación malaya en Beijing y solicitó una reunión con el premier malayo, Najib Razak, y con el ministro de Defensa y titular interino de Transportes, Hishamudin Hushein, así como con la compañía Boeing y la de los satélites que intervienen en la investigación.
“Queremos que Malasia pida disculpas por el retraso en el rescate”, afirmó un vocero de los familiares, que también recriminó al primer ministro malayo por haber anunciado que el vuelo se había estrellado en el océano sin tener pruebas concretas, según la agencia de noticias EFE.
Ayer partió desde la ciudad australiana de Perth el barco Ocean Shield, que lleva un detector de cajas negras y un vehículo submarino no tripulado. La nave tiene previsto llegar al área donde se desarrolla la búsqueda en tres días.
Sin embargo, el capitán de la Marina estadounidense, Mark Matthews, adelantó que es “prácticamente imposible” ubicar las cajas negras, cuyo localizador tiene entre 30 y 45 días de batería, en el área de 319.000 kilómetros cuadrados donde se busca el avión, según el diario australiano Sidney Morning Herald.
“Todo depende de lo efectivos que seamos reduciendo el área de búsqueda”, dijo Matthews, quien participó en el rastreo del vuelo 447 de Air France que se estrelló en el Océano Pacífico en 2009, cuando iba de Brasil a Francia.
Un acuerdo internacional sobre la investigación de accidentes estipula que es responsabilidad del país que inscribió el desaparecido Boeing 777 -en este caso Malasia- iniciar la investigación.
Técnicamente, Malasia debe hacerse cargo de los restos y facilitarlos para la investigación, pero a raíz de que se estima que el avión cayó en aguas continentales de Australia, este país accedió a hacerse cargo de esa responsabilidad en nombre de Malasia. Por esa razón, cualquier barco que recoja presuntos restos del avión debe entregarlos a las autoridades australianas.
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