“Consideramos que en la actual coyuntura cualquier esfuerzo colectivo en favor de la paz como objetivo supremo de los colombianos, tiene un alto valor. Hemos insistido en que la guerra perpetua no puede ser el destino de Colombia y en torno a esta idea hemos desplegado nuestras energías en propuestas para la construcción de un Acuerdo Final que conduzca a la finalización del Conflicto y a la construcción de una paz con dignidad y justicia social, estable y duradera”, señalan la delegación del grupo insurgente desde La Habana.
El Consejo Nacional de Paz fue creado en 1998 y no se había vuelto a convocar desde el frustrado intento de paz del expresidente Andrés Pastrana. La reactivación del organismo se da tras las elecciones presidenciales del pasado domingo donde el candidato Óscar Zuluaga, quien mantiene un discurso beligerante contra el grupo armado, resultó ganador de la primera vuelta electoral.
El grupo guerrillero sostiene que los avances alcanzados con el gobierno, en tres de los cinco puntos, son demostración de que el final de la confrontación no solo es deseable, sino posible.
Añaden que desde el momento mismo de las conversaciones exploratorias que condujeron a la firma del Acuerdo General que guía la Mesa de La Habana, han insistido en la necesidad de una amplia y permanente participación de las diversas expresiones de la ciudadanía colombiana en el proceso de paz.
No obstante, en su opinión, tal participación sigue siendo insuficiente y ésta ha sido quizá la principal dificultad del mismo.
Para las FARC la paz debe ser una política de Estado, una decisión de las mayorías que esté por encima de cualquier interés mezquino, añade el comunicado.
Hacen votos para que el accionar del Consejo sea una herramienta estable que supere coyunturas electorales y se mantenga como un brazo más en la lucha permanente del pueblo colombiano por la superación del conflicto armado.
Además manifestaron varias consideraciones respecto al funcionamiento del mismo, como la participación que la ley prevé para organizaciones y movimientos sociales que, a criterio de las FARC, debería recoger el actual panorama nacional de este campo.
Así mismo, franjas de la sociedad de probada movilización social por la paz y la democracia, como las juveniles, las de mujeres, las que luchan por el derecho a la salud y la vivienda, o las organizaciones LGBTI, requieren de una representación acorde con su papel dentro de la Colombia contemporánea.
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