Después de dos derrotas en sus primeras presentaciones y una eliminación prematura, Bosnia se despidió con una sonrisa de la Copa del Mundo de Brasil. Por la última fecha del grupo F, derrotó 3 a 1 a Irán, en un encuentro disputado bajo un diluvio en el estadio Arena Fonte Nova de Salvador, y de paso impidió que los asiáticos accedieran a octavos de final.
Como si los roles hubiesen sido intercambiados en los vestuarios, antes del inicio del duelo, el conjunto dirigido por Safet Susic salió decidido a llevarse por delante a su adversario. Apenas cuatro minutos tardó en encender las alarmas, con una media vuelta de Edin Dzeko en el área que se fue por arriba del travesaño.
Después de varios avisos, fue el delantero de Manchester City quien rompió el cerco iraní. A los 23 minutos, recibió el balón en tres cuartos de cancha, recostado sobre la derecha, encaró en diagonal, superó a Amirhossein Sadeghi y despachó un zurdazo rasante que superó la estirada de Alireza Haghighi.
La desventaja despertó al conjunto de Carlos Queiroz, que enseguida tuvo el empate al alcance de la mano, pero un remate de emboquillada de Masoud Shojaei fue repelido por el travesaño. Sin demasiadas luces, los asiáticos se animaron a salir, presionaron más arriba y se acercaron más seguido al arco defendido por el seguro Asmir Begovic.
De todas maneras, Bosnia siempre se mostró más prolijo para manejar la pelota y más peligroso en sus intentos. A tres minutos del final de la primera etapa dispuso de una chance para estirar su ventaja, cuando Dzeko, nuevamente lejos del área, contoló, esperó a que pasara Avdija Vrsajevic y le dio el pase al claro, pero el lateral derecho definió muy mal.
En el complemento los balcánicos retomaron el comando de las acciones y a los 13 minutos aumentaron su ventaja, sacando provecho de un grosero error de su rival: Jalal Hosseini perdió la pelota en una salida y dejó a contrapierna a toda la defensa, Dzeko asistió y Miralem Pjanic, ligeramente adelantado, definió cruzado ante Haghighi.
Ese segundo impacto fue demasiado para los de Queiroz, a los que la cuesta se les hizo demasiado empinada. El último tramo del encuentro fue un monólogo de Bosnia que, sin ser apabullante, manejó a placer el juego. De todas maneras, una mala salida tras un córner, que dejó a todos los atacantes habilitados, permitió que Reza Ghoochannejad recortara distancia.
Sin embargo, la ilusión iraní pervivió apenas 60 segundos, lo que tardó Dzeko en aguantar el balón y habilitar a Vrsajevic, quien trepó por el carril derecho, se filtró en el área y definió con un derechazo cruzado, que terminó de dar forma a la primera victoria en la breve historia mundialista de Bosnia.
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