martes, 3 de junio de 2014

FELIPE, UN PRÍNCIPE PARA SALVAR A LA MONARQUÍA

En su último discurso de entrega de los premios Príncipe de Asturias, el heredero de la corona española llamó a sus compatriotas a enfrentar el pesimismo, la frustración y la desconfianza. "No podemos permanecer indiferentes o inmóviles; debemos reaccionar", dijo Felipe. Y el que reaccionó fue su padre.

La abdicación del rey Juan Carlos se produce luego de casi tres años de declive en la imagen que tienen los españoles de su monarquía, del que parece haberse salvado el heredero al trono.
Octubre de 2011, en plena investigación judicial por las actividades de un instituto vinculado al marido de la infanta Cristina, Iñaki Urdangarin, la Casa Real registró un resultado inferior a 5 (en una escala de 1 a 10) en un índice que mide la confianza de los españoles en sus instituciones. Era la primera vez en que la monarquía reprobaba desde que ese sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas comenzó en forma periódica en 1994.

Príncipe Felipe y rey Juan Carlos de España
Juan Carlos elogió a su hijo al momento de comunicar la noticia.

La confianza de los súbditos hacia su monarquía caería con los años a menos de 4 puntos, gracias -entre otras cosas- al accidente del rey durante una caza de elefantes en Botsuana en 2012. Pero contrario a esta tendencia, la imagen de Felipe se iría consolidando con su mayor protagonismo en actos públicos y funciones protocolares, debido a la ausencias de su padre por problemas de salud.

Su estilo sobrio, su profesionalismo y su manejo perfecto de los idiomas inglés y francés incluso lo salvaron de la decepción y las críticas cuando en 2013 Madrid perdió su tercera candidatura olímpica, a tal punto que el diario El País publicó una nota intitulada "Madrid pierde, el Príncipe gana".

Sin embargo, la popularidad del hombre que se convertirá en el rey más joven de Europa (Felipe tiene 46 años, dos años menos que Guillermo de Holanda, quien llegó al trono tras la abdicación de la reina Beatriz) no es una garantía de blindaje para la monarquía.

Tras conocerse la noticia de la abdicación, ciudadanos y partidos políticos españoles convocaron a concentraciones en ciudades de toda España a favor de la República y se mostraron a favor de un referendo en el que los españoles puedan decidir si desean mantener o no a la Casa Real.

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