El fiscal general del Estado, Galo Chiriboga, recibió este lunes el
informe final de la Comisión Investigadora 30S, referente a los hechos
sucedidos durante la revuelta policial del 30 de septiembre de 2010 en
Ecuador que derivó en un intento de golpe.
El presidente de la comisión, Carlos Baca, aseguró que realizaron una
investigación profunda y objetiva de los hechos con la clara compresión
de que su función no es jurisdiccional ni judicial, pues esto le
corresponde de acuerdo a la norma constitucional y a la Ley a la
Fiscalía General del Estado.
Los discos duros que entregaron contienen la digitalización de unos
70.000 documentos y las bases documentales, de video y audio recabados
durante la investigación. “Solicitamos encarecidamente y pedimos que
sobre la base de su potestad, el fiscal analice el informe y establezca
lo que corresponde en derechos”, sostuvo Baca.
Chiriboga enfatizó en que la Fiscalía no utiliza los casos expuestos
por la comisión ni los informes como parte de los indicios o elementos
de convicción, sin embargo, aseguró que estos han servido para iniciar
investigaciones y procesar casos.
“Lo importante es que este informe tenga un respaldo técnico y
jurídico y que ustedes puedan sustentar sus conclusiones sobre la base
de documentos y no sobre aseveraciones de tipo emocionales”, dijo y
resaltó que la aspiración del país es conocer la verdad estableciendo
indicios desde el punto de vista procesal y penal.
El fiscal informó que se enviaron a Colombia proyectiles del caso
para ser analizados por peritos de ese país, en una clara búsqueda de
objetividad e independencia. También aseveró que la Fiscalía no puede
referirse a la existencia de un golpe blando en el país.
“Golpe de Estado blando es una definición de las ciencias políticas,
en el catálogo de la ciencias penales ecuatorianas, habría que analizar
si hay indicios de cometimiento de un delito en contra de la seguridad
interna del Estado”, sostuvo.
El pasado 10 de junio la Comisión Investigadora concluyó que las
protestas que se realizaron el 30 de septiembre de 2010 eran parte de un
golpe de Estado planificado por actores políticos y económicos.
Uno de los miembros del organismo, Oscar Bonilla, aseguró que “los
responsables son actores políticos, organizaciones de militares y
policías en servicio pasivo, sectores de la Policía y miembros de
Fuerzas Armadas que se vincularon a los hechos, los poderes fácticos
locales vinculados con poderes internacionales que planificaron los
hechos también fuera del país”.
Baca también ha asegurado que la investigación expone la intervención
de actores económicos dentro y fuera del país, interesados en
interferir en los procesos de transformación estructural del Estado que
inició el régimen del izquierdista Rafael Correa y que esta
desestabilización no estuvo aislada de los procesos antidemocráticos
registrados en la región.
El 30 de septiembre del 2010 ocurrió una sublevación policial por
presuntos reclamos gremiales. El presidente Rafael Correa fue retenido
por más de diez horas en el Hospital de la Policía y su liberación se
logró gracias a la intervención del Ejército.
Según el Ministerio del Interior, más de 900 policías fueron
sancionados administrativamente y al menos 130 tienen procesos
judiciales pendientes, de los cuales 85 fueron dados de baja por su
participación en la intentona golpista.
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