Nada más recibir la advertencia del Ejército israelí, decenas de
familias se sumaron en pánico a la masa de palestinos que han encontrado
refugio en una escuela de la ONU en Jabaliya, en el norte de la Franja
de Gaza.
"El Ejército nos dijo: hay que abandonar el sector ahora. Quienes no
lo hagan ponen su vida en peligro", relata Ghasan Ahed, quien huyó la
noche anterior de su vivienda de Beit Lahiya, una ciudad regularmente
bombardeada al norte de la de Gaza, no lejos de la frontera con Israel.
El Ejército llamó por teléfono y mandó mensajes a los móviles de los
habitantes de Beit Lahiya, a los de Beit Hanun, ciudad cercana, y a los
de Zeitun, un barrio del sur de la Ciudad de Gaza, antes de someter el
sector a bombardeos masivos.
"Los mensajes nos decían que nos fuéramos a la Ciudad de Gaza. Pero
no es tan fácil. No tenemos familiares allí, no tenemos adonde ir",
comenta un policía de 46 años, padre de seis niños.
Casi 180.000 habitantes del territorio palestino sometido a un
bloqueo israelí desde 2006 han huido de sus casas y viven ahora en la
precariedad en 83 escuelas gestionadas por la Agencia Nacional para la
Ayuda a los Refugiados palestinos (UNRWA).
Contra la pared del recinto se amontonan la basura. Unas mujeres
intentan como pueden limpiar las salas de clase donde se apilan los
colchones sucios.
La falta de espacio obliga a otras familias a instalarse en los
pasillos o en los patios donde el calor es sofocante. Allí, unas mujeres
intentan proteger a sus niños del sol bajo una tiendas de campaña
improvisadas con mantas. Un hombre duerme en un cartón a ras del suelo.
- Penuria de agua y de víveres -
"Es como si todo Beit Lahiya estuviera aquí. No hay más salas libres.
La gente tiene que instalarse en los patios", dice Samer Kilani,
habitante de Beit Hanun.
"No está limpio, no es sano", lamenta Ghassan Ahed. "Los niños
enferman por falta de agua potable suficiente. Como no hay suficiente
agua, la mayoría de la gente no se ha lavado en días".
"Queremos comer, pero no hay nada fresco", dice Muna Abu Amcha. Hace
dos semanas que 20 familiares suyos están en la escuela, tras huir de
Beit Hanun.
Los combates sin interrupción hacen "especialmente difícil" la
distribución de víveres, explica Chris Gunnes, portavoz del UNRWA.
Los niños se sobresaltan cuando se oyen unas explosiones a
proximidad, que recuerdan que las escuelas de la ONU no están a salvo.
Varias han sido alcanzadas por los combates. El 24 de julio, un obús
israelí cayó en el patio de una de ellas en Beit Hanun y una quincena de
palestinos murieron. El ejército israelí afirmó sin embargo que no fue
su obús el que los mató.
Israel responsabiliza a Hamas de las muertes de la población civil.
Acusa al movimiento islamista de utilizar a los civiles como "escudos
humanos" al esconder sus armas y sus centro operativos en las iglesias,
mezquitas o escuelas.
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