“El Estado ecuatoriano tiene la convicción para enfrentar esta situación de forma decidida y responsable”, anunció Pizani a los asistentes a la convocatoria del Consejo Nacional para la Igualdad de Género, la Asamblea Nacional y la representación de ONU Mujeres.
La ejecutiva resaltó la tipificación de este delito en el nuevo Código Orgánico Penal Integral de Ecuador, junto a otros diez países latinoamericanos, lo que a su juicio refleja las dimensiones del fenómeno y la voluntad para evitarlo.
“Es innegable que si la vida de las mujeres cambia, también cambia la vida de los pueblos”, sentenció tras señalar que es obligación de la sociedad aportar cambios positivos para la construcción de la igualdad de género y la democracia.
“Su figura es una vergüenza para la humanidad”, reafirmó en su alocución, en la cual destacó que este flagelo es el punto extremo de la violencia ejercida contra la mujer, y aclaró que la tipificación de esta figura es un paso fundamental en la construcción de una sociedad en la que ser mujer no sea un riesgo de muerte.
La experta recordó que en diciembre de 2013 ONU Mujeres presentó un modelo de protocolo latinoamericano de investigación de las muertes violentas por razones de género que permitirá la construcción de mecanismos y procedimientos en cada país para la indagación sobre este azote y sus consecuencias.
Citó el estudio más importante al respecto culminado en 2010 y hecho en Ecuador por la otrora Comisión de Transición, hoy Consejo Nacional de Igualdad de Género, según el cual las armas blancas y las de fuego son las más utilizadas para este delito.
Según ese informe, el hogar es el lugar donde mayormente ocurren los femicidios en este país, y, en este caso, los autores son fundamentalmente la pareja o las exparejas de las víctimas.
“En este preciso momento cuántas mujeres están siendo golpeadas en el país, cuántas sometidas o humilladas, cuántas en peligro de ser muerta a manos por quien presuntamente les juró amor eterno”, se preguntó Pizani.
Es tiempo, dijo, de cambiar los imaginarios que obstaculizan el pensamiento y que acogen los cuentos de hadas como las únicas realidades posibles para las mujeres y de aplicar una nueva norma jurídica que proteja y ponga en evidencia un delito antes callado, tolerado y en muchos casos justificado por mantener el honor de los hombres.
Debemos evolucionar como especie, adoptar las mejores cualidades humanas, usar las mentes para la coexistencia pacífica, libres de la violencia de género y para vernos como iguales en derechos, disfrutando de las diferencias que hacen posible la vida, enfatizó.
Estadísticas oficiales difundidas indican que en Ecuador, en el año 2012, ocurrieron 234 femicidios y en 2013 otros 336, con mayor incidencia de casos en la provincia de Guayas, la de mayor afectación, seguida de Esmeraldas, Pichincha y Los Ríos, con un promedio total de una muerte cada día y medio.
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