Afiliados y jubilados que se atienden en el hospital del IESS Teodoro
Maldonado Carbo se quejan por la escasez de algunas medicinas desde hace más de
un mes. Esto pese a que la semana pasada la entidad indicó que se habían
adquirido los medicamentos.
María (nombre protegido) tiene que comprar tres albúminas diarias, cada una a $ 40, en las distribuidoras farmacéuticas para su pariente que está hospitalizado hace un mes.
No es la única, también ha necesitado comprar ketorolaco, metoclopramida, cloruro de potasio, dextrosa de 50 %, 5 % y 10 % y ampollas de bicarbonato de potasio. Esta última no la encontró ni en farmacias ni en las distribuidoras.
“Es angustiante saber que tu paciente necesita alguna medicina y no hay, la encontré en otro hospital. Aquí no hay, a diario tenemos que comprar medicinas afuera. A veces juntamos pedidos de varios pacientes y llamamos a la distribuidora para que nos traiga las medicinas”, sostuvo la mujer.
Otra afiliada, que tampoco dio su nombre, compró en una farmacia cercana al hospital tres ampollas de clindamicina de 600 mg (antibiótico) para su familiar hospitalizada en el tercer piso. “Ella (pariente) tiene internada tres días y los tres días me han pedido tres ampollas al día. Costaron $ 5,50”, dijo y mostró la factura.
Complejo B, dolgenal, soletrol y cloruro de potasio fueron las medicinas que el hermano de una afiliada necesitó para su recuperación y que adquirió ayer en una farmacia, en el exterior del centro. Los 17 días que tiene hospitalizado ha comprado algunos fármacos, aseguró.
El 24 de junio pasado se declaró en emergencia a los servicios médicos del IESS a nivel nacional para mejorar la obtención de medicinas e insumos. Hugo Villacrés, presidente del Consejo Directivo del IESS, estimó entonces que hasta agosto se solucionaría la escasez.
María (nombre protegido) tiene que comprar tres albúminas diarias, cada una a $ 40, en las distribuidoras farmacéuticas para su pariente que está hospitalizado hace un mes.
No es la única, también ha necesitado comprar ketorolaco, metoclopramida, cloruro de potasio, dextrosa de 50 %, 5 % y 10 % y ampollas de bicarbonato de potasio. Esta última no la encontró ni en farmacias ni en las distribuidoras.
“Es angustiante saber que tu paciente necesita alguna medicina y no hay, la encontré en otro hospital. Aquí no hay, a diario tenemos que comprar medicinas afuera. A veces juntamos pedidos de varios pacientes y llamamos a la distribuidora para que nos traiga las medicinas”, sostuvo la mujer.
Otra afiliada, que tampoco dio su nombre, compró en una farmacia cercana al hospital tres ampollas de clindamicina de 600 mg (antibiótico) para su familiar hospitalizada en el tercer piso. “Ella (pariente) tiene internada tres días y los tres días me han pedido tres ampollas al día. Costaron $ 5,50”, dijo y mostró la factura.
Complejo B, dolgenal, soletrol y cloruro de potasio fueron las medicinas que el hermano de una afiliada necesitó para su recuperación y que adquirió ayer en una farmacia, en el exterior del centro. Los 17 días que tiene hospitalizado ha comprado algunos fármacos, aseguró.
El 24 de junio pasado se declaró en emergencia a los servicios médicos del IESS a nivel nacional para mejorar la obtención de medicinas e insumos. Hugo Villacrés, presidente del Consejo Directivo del IESS, estimó entonces que hasta agosto se solucionaría la escasez.
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