Por Yurien Portelles
Cada
miércoles desde hace más de un año y medio, la Plaza Grande de Quito
frente al palacio de gobierno se llena de carteles con imágenes del
joven David Romo, quien desapareció a los 22 años, el 16 de mayo de 2013
mientras regresaba a su casa en la Mitad del Mundo (norte de Quito)
tras salir de la universidad.
“Yo sé que el presidente
(Rafael Correa) sabe que nosotros estamos aquí para exigir justicia”,
dice Alexandra Córdova, madre del joven y quien llega cada semana frente
al Palacio de Carondelet a la hora en que la mayoría de la gente
regresa a su casa a resguardarse del frío y descansar después de la
jornada laboral.
Las historias similares son varias. Una, que roza con el absurdo, es la de Maribel Angulo. La mujer relató a la agencia Andes que su hijo Álvaro Miguel Nazareno, de 27 años, que padece una enfermedad catastrófica, se extravió en marzo de 2011 dentro del hospital quiteño Eugenio Espejo, cuando le llevaron a hacer un análisis de sangre.
Telmo Pacheco también relató el caso de su hijo Telmo Orlando, de 33 años, guía de turismo. En noviembre de 2011 viajó a la provincia de Loja (al sur de Ecuador) para participar en un 'retiro espiritual' al que fue invitado insistentemente por una señora evangelista. Desde entonces Pacheco no sabe del paradero de su hijo.
Otro caso que recibió gran despliegue mediático fue el de la colombiana Carolina Garzón, quien fue vista por última vez en abril de 2012 cerca del río Machángara, en Quito. La lucha de su padre Wálter Garzón por esclarecer la situación lo motivó a crear en ese mismo año la Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en el Ecuador (Asfadec).
Maribel Angulo lleva la foto de su hijo Álvaro Miguel Nazareno, de 27 años, quien desapareció hace más de tres años. Foto: Luis Astudillo/Andes.
¿Incremento de casos o más denuncias?
De las 3.100 denuncias de desapariciones que se han registrado en lo que va de año, unas 420 permanecen abiertas bajo investigación de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased), según reveló a la agencia Andes el titular de ese ente policial, Carlos Alulema.
Del total, el 18 % tenía al
momento de desaparecer entre 11 y 15 años de edad, y un 30%, entre 16 y
20 años, detalló el titular de la Dinased, quien, sin embargo, se negó a
hablar del perfil de las víctimas o conjeturar hipótesis, aún cuando
llama la atención el alto porcentaje de jóvenes en esta lista (48%, de
11 a 20 años).
De acuerdo con el jefe
policial, en 2013 aproximadamente el 18% de los casos de homicidios se
solucionaron y en lo que va de año, el 40% mientras que en el tema de
los desaparecidos, el año pasado se reportó un 45% efectividad y en
2014, hasta la fecha, un 85% (más de 2.700 casos), gracias al trabajo de
la Dinased, entidad creada a finales del año pasado.
Desde enero hasta la fecha las
denuncias de desaparición suman más de 3.100, el 15% aún no se resuelve,
pero el jefe policial cree que la cifra se reducirá hasta un 10% hasta
fin de año pues las pesquisas continúan con el trabajo de 200 agentes en
las 24 provincias del país.
Respecto a los factores que
influyen en la solución inmediata de los casos, Alulema menciona que las
investigaciones también se complican por el hecho de que una persona
puede buscar entrar y salir de un país sin registrarse.
Dijo que aunque las denuncias
se han triplicado con respecto al 2013, no se trata de un incremento de
la problemática, sino que la ciudadanía confía más en las autoridades y
acude ante la Dinased. Hoy en día ya no es necesario esperar 72 horas
para denunciar una desaparición como era en el pasado.
Coronel Carlos Alulema, director de la Dinased, descarta el tráfico de órganos en Ecuador asociado a las desapariciones. Foto: Micaela Ayala/Andes
Voluntad versus tiempo
Las desapariciones no son
nuevas en Ecuador, pero su visibilidad ahora es mayor gracias a la
organización de las familas que buscan denunciar los casos con marchas y
plantones, lo que evoca la historia de Carlos Santiago y Pedro Andrés
Restrepo, jóvenes que desaparecieron durante el gobierno de León
Febres-Cordero (1984-1988) en un caso que fue reconocido como un crimen
de Estado. A pesar de la lucha de su familia, su paradero sigue siendo
desconocido.
Otros casos que tomaron
notoriedad fueron los del escritor Gustavo Garzón, desaparecido en 1990,
en un caso aparente de persecución política, y el de la maestra de la
provincia de Esmeraldas, Consuelo Benavides, que estuvo desaparecida
aunque su cuerpo luego apareció con impactos de balas.
Elsie Monje, directora
ejecutiva de la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos, señaló a Andes
que estos fueron casos de desapariciones forzosas, donde hubo indicios
de participación de la fuerza pública a diferencia de los casos
recientes que representan una situación “preocupante, indicadora de la
descomposición social e inscrita dentro de una cultura de violencia".
De su lado, el activista de
derechos humanos, Alexis Ponce, atribuye el fenómeno al aumento de la
población, sobre todo en el perímetro urbano, lo que redunda en
fenómenos como la inseguridad ciudadana, a lo que se suma el incremento
de delitos transnacionales como la trata de personas y la “globalización
de la tristeza”, debido al abandono de la relación filial.
Alulema resalta la necesidad de
ir mejorando el trabajo de la Dinased y destaca que ese tipo de entidad
"era algo que no existía. Ahora tenemos ocho meses de funcionamiento y
tenemos que ir desarrollando un mayor conocimiento y experticias”, lo
cual se ha hecho con cursos impartidos por los mejores especialistas de
Ecuador, Chile y México.
Sin embargo, miembros de la
Asfadec se quejan de la lentitud de los procesos y de la falta de
diligencias. El jefe policial responde que la calidad de las
investigaciones están garantizadas y que se trabaja coordinadamente con
el Ministerio del Interior y la Fiscalía, “lo cual no quita que se hayan
cometido errores”.
Mientras tanto Alexandra,
Maribel y Telmo siguen aguardando la agilidad de las pesquisas y
agradecen al presidente Rafael Correa la reunión programada con la
Asfadec cada seis meses desde hace casi un año. Esas citas han permitido
visibilizar los casos, establecer el sistema de recompensas y crear la
institucionalidad para avanzar en las investigaciones, pero algunas
historias no han llegado a su fin y continúa el prolongado sufrimiento
de las familias por la incertidumbre sobre el paradero de sus seres
queridos.
http://www.andes.info.ec/es/noticias/drama-desaparecidos-ecuador-o-cuando-termina-incertidumbre.html
http://www.andes.info.ec/es/noticias/drama-desaparecidos-ecuador-o-cuando-termina-incertidumbre.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario