jueves, 17 de abril de 2014

JUAN PABLO II, TAN POPULAR COMO UNA ESTRELLA DEL ROCK

 

El beato Juan Pablo II, quien será elevado a la calidad de santo el próximo 27 de abril junto a Juan XXIII, fue quizás uno de los papas contemporáneos que se hizo rápidamente popular.
Durante su pontificado de 27 años (1978-2005), Karol Wojtyla exactor políglota viajó a un centenar de países, para reunirse con gente común y corriente y transmitirles el mensaje cristiano.
Su comportamiento contrastaba con los hábitos de muchos papas anteriores, más bien distantes con los fieles.
Juan Pablo II "rompía con las reglas del protocolo. Sus guardaespaldas solían vérselas en aprietos. Muchas veces se apartaba del trayecto programado e iba hacia la gente", recuerda Pawel Boryszewski, sociólogo de la religión.
Tanto en su Polonia natal como en otros países católicos, sus admiradores celebran su canonización de diversas formas.
Afinidad por el papa polaco
Un atleta del norte de Polonia caminará 2.000 km para asistir a la canonización en el Vaticano, donde se espera a unos cinco millones de fieles.
Un alemán de origen polaco compró y reparó el coche que había pertenecido de 1958 a 1977 al cardenal Karol Wojtyla y efectuará la peregrinación en ese vehículo.
En Filipinas, país asiático de mayoría católica, centenares de fieles visitaron ya una exposición de las reliquias del papa Juan Pablo II.
"Estoy feliz. Ahora que he visto esas reliquias puedo morir", declaró a la AFP Gene Suárez, una maestra jubilada de 67 años, en la pequeña capilla de Manila donde están expuestos los recuerdos mortuorios: mechas de sus cabellos y un pedazo de tejido manchado de sangre, que serán presentados en todo el país en los próximos meses.
En Irlanda, numerosos objetos con el rostro del papa se venden como pan caliente en los almacenes de souvenirs del Santuario de Knock, visitado por Juan Pablo II en 1979.
"La gente busca objetos, recuerdos de Juan Pablo II como fotos o tarjetas de oración", certifica Peg Carmody, dueño de uno de esos almacenes en Limerick.
La devoción no impide que muchos católicos admitan que la imagen de la Iglesia se haya visto empañada por los escándalos de curas pedófilos durante el pontificado de Juan Pablo II.
En Polonia, donde Juan Pablo II es objeto de una adoración inigualable.
Sus compatriotas lo siguen considerando como un héroe nacional y como la máxima autoridad moral.
Para los polacos, este primer papa no italiano en cuatro siglos sacudió los cimientos del régimen comunista.
Juan Pablo II también es recordado como el papa que renunció al boato de sus predecesores sin diferencias de credos. Y también permanece en las memorias como el pontífice que visitó en la cárcel al turco Alí Agca, quien había intentado asesinarlo en 1981.
De Juan Pablo II "siempre emanó un gran humanismo, y tanto creyentes como no creyentes lo consideraron como una personalidad maravillosa", destaca Halina Marciniak, una maestra que preside una asociación de 1.300 escuelas polacas bautizadas con el nombre del papa.


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