“Estamos aquí porque hacemos parte de una cuenca importante binacional para protección del recurso agua y recuperación, restauración, cuido, cultura y compartir desde las comunidades indígenas el territorio ancestral andino, el territorio Pan amazónico”, declaró Efrén Tarapuez, colombiano del Resguardo Indígena del Gran Cumbal, que comparte con Ecuador la cuenca del río Blanco, subcuenca del río Carchi, frontera entre los dos países.
“Es un evento fundamental dentro de un programa de articulaciones binacionales entre el Gobierno Provincial del Carchi y nuestras municipalidades con la Gobernación de Nariño, las municipalidades de Colombia y con el apoyo de la cooperación española a través de la Comunidad Andina de Naciones”, declaró Guillermo Herrera, prefecto provincial.
Se trata de un proyecto pionero que funciona con recursos públicos de las dos naciones, que mancomunaron esfuerzos para invertir en ello 136 mil dólares americanos, más el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), que aportó 100 mil dólares adicionales.
Raúl Nieto, delegado de la CAN, puso énfasis en el avance del proyecto. “Ayer estuvimos visitando las juntas de agua en los dos territorios y estamos viendo ya avances significativos, este proyecto fue firmado apenas el 16 de abril y hoy, que llegamos a finales de mayo, nos encontramos con un avance superior a las expectativas que habíamos tenido”.
“El proyecto es para el fortalecimiento de las juntas administradoras de agua que les permitirá tener un modelo de gestión binacional, es decir, tienen una cuenca binacional compartida, lo que se haga o deje de hacer afectará a uno y otro territorio y lo más importante es que viene de una misma cosmovisión y una misma plataforma de pastos”, añadió.
De momento la intervención se realiza en seis juntas fronterizas de agua que forman parte del corredor biológico binacional. “Tenemos un proyecto que va a funcionar en el cantón Espejo, San Pedro de Huaca y en Tulcán con la junta de María Magdalena (Ecuador); y por el lado de Colombia vamos a estar trabajando con el municipio de Carlosama, Cumbal, con dos juntas que son la del acueducto Gran cumbal y la del acueducto Quilismal y el municipio de Ipiales”, señaló el prefecto carchense.
Liliana Burbano, asesora del despacho del gobernador de Nariño, dijo que el primer objetivo de esto es “concientizar acerca del cuidado de las fuentes hídricas ya que el agua va a ser el oro del futuro”, además señaló que se apunta a organizar y entregar un software y un equipamiento para que los comuneros puedan garantizar la prestación del servicio de cuidado de las fuentes.
“Lo que nosotros necesitamos es comprar las propiedades alrededor de los ojos de agua para proteger y cuidar”, dijo Víctor Chamorro, de la comunidad Guananguicho Sur, norte ecuatoriano.
Este criterio lo comparte el colombiano Efrén Tarapuéz, quien dijo que “desde 1530 cuando los españoles llegan aquí, fuimos desalojados de muchas tierras y muchas comunidades andinas estábamos en los páramos”
Además añadió que otro de los problemas a incluir en la iniciativa es “la restauración de la memoria por la protección, manejo sagrado y reconocimiento de las prácticas ancestrales sobre la ritualidad del agua y modelos productivos sostenibles que fueron erradicados por los monocultivos de los ganaderos españoles, que es la causa grave del deterioro ambiental”.
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