martes, 1 de julio de 2014

A BÉLGICA LE COSTÓ, PERO SERÁ EL RIVAL DE ARGENTINA EN CUARTOS

Bélgica derrotó 2 a 1 a Estados Unidos en tiempo suplementario, en un electrizante cruce de octavos de final de la Copa del Mundo que se disputó en el estadio Arena Fonte Nova de Salvador. De esta manera, los Diablos Rojos serán rivales de Argentina en cuartos de final, el próximo sábado a las 13 en Brasilia.
El mote de candidato con el que había llegado a Brasil y el sólido andar en la primera fase, fundamentalmente en los resultados y no tanto en el rendimiento (victorias apretadas ante Argelia, Rusia y Corea del Sur para quedarse con el grupo H), convertían al conjunto dirigido por Marc Wilmots en favorito para este duelo.
Los estadounidenses, que habían accedido a esta instancia tras dejar afuera a Portugal por diferencia de gol en el grupo G, apostaron desde el arranque a abroquelarse en defensa, como lo habían hecho en la derrota ante Alemania, y apostaron a algún contragolpe, sobre todo a través del capitán Clint Dempsey.
Ante esa propuesta especulativa de los conducidos por Jurgen Klinsmann, los europeos se hicieron cargo del peso del partido, salieron a buscar, con la paciencia y la constancia de sus jugadores de mejor pie, y de a poco fueron arriando a su rival contra el arco defendido por Tim Howard.
De todas maneras, y más allá de las buenas intenciones del triángulo creativo formado por Kevin De Bruyne, Eden Hazard y Dries Mertens, en el primer tiempo le costó bastante crear peligro. Apenas pudo asustar a los 23, con una maniobra que condujo Hazard y terminó con un enganche y un zurdazo de De Bruyne al primer palo, que salió desviado, y un desborde por la izquierda y un centro al corazón del área chica de Jan Vertonghen, a los 26, que DaMarcus Beasley alcanzó a interceptar. De lado de los norteamericanos, apenas dos remates inofensivos desde fuera del área de Dempsey y Jermaine Jones.
En el complemento, los Diablos Rojos redoblaron su búsqueda y pusieron en jaque la valla de Howard. Antes de los 15 minutos ya habían generado cuatro chances de gol: un cabezazo de Mertens que el guardavalla manoteó al córner, otro de Origi que se estrelló en el travesaño, un centro de Vertonghen que no alcanzaron a conectar ni De Bruyne ni Origi y un taco de Mertens que salió apenas desviado.
Cada vez más lejos de la valla de Thibaut Courtois y más cerca de la propia, Estados Unidos se entregó a una riesgosa resistencia que, con fisuras en su última línea, lo expuso por demás y lo dejó en manos de Howard. Y su arquero siguió respondiendo, primero contra el intento de Origi, luego en un cara a cara con Kevin Mirallas (quien había reemplazado a Mertens), más adelante ante un derechazo a quemarropa de Hazard y un bombazo desde fuera del área de Origi y finalmente ante una arremetida del capitán Vincent Kompany.
Sin embargo, la última ficha fue de los americanos, que tuvieron la victoria al alcance de la mano en el segundo minuto agregado, cuando la defensa belga salió mal después de un córner, Jones peinó y Chris Wondolowski, sin marca, ante Courtois y desde el borde del área chica, remató a cualquier parte.
Para el inicio del tiempo suplementario, Wilmots apostó por renovar la ofensiva con el ingreso de Romelu Lukaku, en reemplazo de Origi. Y el atacante de Everton le respondió rápido. Cuando apenas se jugaban dos minutos, desbordó por la derecha y le sirvió un centro a De Bruyne, quien giró y cruzó el derechazo que se transformó en el 1 a 0.
Entonces se quemaron los libros de Estados Unidos, que debió salir de su refugio para buscar el empate, lo que le dio una dosis extra de emoción. En ese ida y vuelta, los europeos volvieron a golpear en el cierre de los primeros 15 minutos con la misma fórmula: esta vez De Bruyne manejó el contragolpe, esperó a Lukaku y lo asistió, para que el delantero sellara el segundo.
Parecía el alivio definitivo, pero en el inicio del segundo capítulo los de Klinsmann descontaron, con un pase profundo de Michael Bradley que el juvenil Julian Green aprovechó, tras ganarle la posición a Toby Alderweireld, para transformar en el 2 a 1 con una volea imprecisa pero efectiva. El partido se abrió definitivamente, porque los americanos se fueron, con mucha voluntad y poca prolijidad, a buscar el empate y tuvieron chances para conseguirlo, la más clara con un mano a mano que Courtois tapó ante Dempsey, tras una jugada preparada en un tiro libre. Y porque los europeos, de contra, pudieron haberlo liquidado, pero siempre chocaron contra Howard.
La intensidad y la incertidumbre se mantuvieron hasta el pitazo final del argelino Djamel Haimoudi, que le otorgó alivio al equipo de Wilmots y le garantizó su lugar entre los ocho mejores del certamen.

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