Mil
quinientos marinos y estudiantes de colegios militares desfilarán hoy
por el septuagésimo tercer aniversario del Combate Naval de Jambelí, que
se vivió el 25 de julio de 1941, cuando el cañonero Abdón Calderón
repelió el ataque del crucero peruano Almirante Villar. Por ese motivo
se declaró a esta fecha el Día de la Armada.
Los uniformados marcharán a las 10:00 al pie del Calderón, en el complejo naval Jambelí, en las calles Eloy Alfaro y Cañar, en el sur de la urbe.
Los actos conmemorativos se desarrollan desde ayer con fervor y gallardía. A las 08:30 la Armada ofreció una misa de acción de gracias en la Catedral Metropolitana de Guayaquil.
El color azul marino de una bandera gigante de la institución –que colgaba de lo alto de la iglesia– contrastaba con el blanco de los uniformes de más de 500 efectivos de la institución castrense que prestaban atención al sacerdote que presidía la homilía
En la parte de la consagración del pan y el vino se escuchó el sonido del pito que tradicionalmente utilizan los marinos en sus actividades cotidianas en tierra o en alta mar. Esto inquietó a un adulto mayor de 93 años que se encontraba en las primeras bancas.
Se trataba de Pedro Segundo Gómez Ortiz, uno de los tres héroes de la guerra con el Perú de 1941, aún con vida.
Al final de la misa dijo sentirse orgulloso de haber defendido a su patria.
Después, a las 10:30, la cúpula de la Armada presentó ofrendas florales en el mausoleo donde reposan los restos del comandante Rafael Morán Valverde, quien estuvo al mando del cañonero Calderón.
Clarinetes, trompetas y tambores entonaron melodías marciales que evocaron el fervor de la institución naval.
En el acto, varias ráfagas de un fusil de asalto honraron la memoria de los 300 marinos a bordo que defendieron la patria de la amenaza peruana.
Los uniformados marcharán a las 10:00 al pie del Calderón, en el complejo naval Jambelí, en las calles Eloy Alfaro y Cañar, en el sur de la urbe.
Los actos conmemorativos se desarrollan desde ayer con fervor y gallardía. A las 08:30 la Armada ofreció una misa de acción de gracias en la Catedral Metropolitana de Guayaquil.
El color azul marino de una bandera gigante de la institución –que colgaba de lo alto de la iglesia– contrastaba con el blanco de los uniformes de más de 500 efectivos de la institución castrense que prestaban atención al sacerdote que presidía la homilía
En la parte de la consagración del pan y el vino se escuchó el sonido del pito que tradicionalmente utilizan los marinos en sus actividades cotidianas en tierra o en alta mar. Esto inquietó a un adulto mayor de 93 años que se encontraba en las primeras bancas.
Se trataba de Pedro Segundo Gómez Ortiz, uno de los tres héroes de la guerra con el Perú de 1941, aún con vida.
Al final de la misa dijo sentirse orgulloso de haber defendido a su patria.
Después, a las 10:30, la cúpula de la Armada presentó ofrendas florales en el mausoleo donde reposan los restos del comandante Rafael Morán Valverde, quien estuvo al mando del cañonero Calderón.
Clarinetes, trompetas y tambores entonaron melodías marciales que evocaron el fervor de la institución naval.
En el acto, varias ráfagas de un fusil de asalto honraron la memoria de los 300 marinos a bordo que defendieron la patria de la amenaza peruana.
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