Decenas de personas murieron este domingo en la periferia de la ciudad de Gaza por intensos ataques israelíes, una ofensiva que ha costado la vida a unos 430 palestinos en el enclave, y obligado a miles a huir de sus casas.
El barrio de Shejaiya, en el este de la ciudad de Gaza, fue duramente golpeado por la ofensiva israelí, donde una tregua humanitaria de dos horas entre Hamas y el Ejército fue frustrada tras media hora en vigor.
El objetivo de la tregua era la evacuación de los muertos y heridos de los últimos ataques israelíes. Según los servicios de emergencia, al menos 62 personas, éntre éstas un camarógrafo y un paramédico, perdieron la vida y más de 210 resultaron heridas en ese distrito cercano a la frontera con Israel.
Israel intensificó el domingo por la mañana sus ataques, pese a los esfuerzos diplomáticos para un alto el fuego. El gobierno de Benjamin Netanyahu culpó al grupo islamista de haber violado el alto el fuego y afirmó que 13 militares fallecieron en choques armados con milicianos palestinos en Shejaiya.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, era esperado el domingo en la región y en Qatar estaba previsto un encuentro entre el presidente palestino, Mahmud Abas, y Jaled Mechaal, jefe en el exilio de Hamas, que controla la Franja.
Shehaiya, un paisaje lunar cubierto de escombros y cadáveres
El panorama en Shehaiya era de absoluta devastación: edificios enteros derruidos, numerosos muertos y heridos tendidos en las calles, mientras miles de personas abandonaban descalzas y en pijama sus hogares. Entre las víctimas de los bombardeos se encontraban niños, mujeres y ancianos.
Doctores y asistentes se desplazaban a pie por las calles, acompañados de fuerzas de la defensa civil, en busca de sobrevivientes.
El Ejército israelí afirmó que avisó a los habitantes de Shahayia para que abandonara sus casas porque la presencia en sus calles de milicianos ponía en riesgo sus vidas.
Pero hace días que no existe ya lugar para huir de la guerra en Gaza, una superpoblada franja de costa en la que viven encerradas dos millones de personas sin derecho a salida.
Israel vigila su cielo, controla su mar y ha levantado una aislante verja en su perímetro, protegida por cerca de 300 metros de lo que denomina "zona colchón".
Egipto mantiene sellada su única puerta de conexión con el mundo, por la que ni siquiera deja que se evacúe a los heridos, cerca de 2.500 desde que el pasado 8 de julio Israel iniciara su tercera ofensiva contra la franja desde que en 2007 el movimiento islamista Hamás se hiciera con su control.
Y las escuelas-albergue de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) están desbordadas, sobrepasadas en su capacidad de acogida -calculada en 50.000 personas- desde que el jueves por la noche Israel endureciera su castigo bélico con una incursión terrestre.
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