lunes, 24 de febrero de 2014

UN TELÉFONO SATELITAL, CLAVE PARA ATRAPAR A "EL CHAPO" GUZMAN

Los últimos días en libertad del capo más poderoso del mundo son una continua huida bajo tierra a través de túneles conectados a los desagües mientras pedía auxilio a los suyos, que iban cayendo uno tras otro en la superficie, detenidos por los militares. En realidad Joaquín “El Chapo” Guzmán, el narco-empresario que dirige una multinacional del crimen presente en 48 países, sólo cometió un error. Cuatro veces el mismo error.
La primera pista llegó cuando llamó desde un túnel de Culiacán a uno de sus colaboradores. El número que usaba “El Chapo” estaba registrado en uno de los dispositivos decomisados a un sicario capturado, muy cercano al círculo de seguridad de su mano derecha, Ismael “El Mayo” Zambada. Mediante el rastreo al teléfono, los servicios de inteligencia confirmaron que la voz que había salido de una llamada del teléfono satelital intervenido era la del líder del Cartel de Sinaloa. “El aparato había sido apagado por el capo con el fin de evitar su localización. La voz fue cotejada y resultó positiva. Ante esto, desde el pasado lunes, la Marina cercó la ciudad de Culiacán porque existía la creencia de que seguía en la ciudad, que esos días soportaba temperaturas de 35 grados. Sin embargo este ya había huido a Mazatlán”. El teléfono volvió a apagarse, pero su error “fue volver a encender el aparato que creía seguro”. Lo hizo tres veces más, siempre una vez al día, lo que permitió seguir sus pasos.
Los servicios de inteligencia esperaron unos días para estudiar los movimientos del teléfono y tener la certeza de su ubicación. Paralelamente, se dedicaron a estudiar sus círculos de seguridad, conformado en gran parte por agentes de la policía municipal de Mazatlán. “Si hubiéramos llegado directamente al objetivo desde el lunes o un día antes, lo único que hubiésemos logrado es que huyera y se registrara una balacera. Para no fallar, tuvimos que estudiarlo sin que lo detectaran sus cercos de seguridad y policías a sueldo. Se le siguió durante toda la semana, se le acechó y definimos una acción con bisturí”, señaló una fuente involucrada con el operativo citada por el diario Reforma. Cuando la marina irrumpió en el hotel estaba cenando, acompañado de varias personas. “Se le veía todo el tiempo desencajado, no podía creer que hubiéramos llegado hasta él”, admitió un funcionario.
Con su captura, el sábado, se supo que en las puertas de entrada estaban forradas de acero. Eso le había permitido escapar días antes gracias al tiempo que tardaron los soldados en tumbar la puerta y que él utilizó para huir por uno de los túneles. Se supo también que se movía en una discreta Jeep Cheeroke, con un potente blindaje y sin vehículos de escolta. Y se confirmó que es Estados Unidos quien lleva la voz cantante en la lucha contra el crimen organizado en suelo azteca y que la Marina es el único cuerpo en quien confía, ni siquiera en el ejército, para ejecutar las operaciones importantes. También fue decepcionante saber que, según información oficial, en la última década, el capo permaneció la mayoría del tiempo escondido en zonas inaccesibles del Triángulo Dorado, una remota sierra ubicada entre los estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua. En resumen, “El Chapo” Guzmán fue detenido a muy pocos kilómetros de donde nació.
El balance de la exitosa operación que le ha valido a Peña Nieto la felicitación de Barack Obama se cierra con la detención de su mujer, su hijo, 13 sicarios de su círculo de seguridad y el decomiso de 133 armas, dos lanzagranadas y 43 vehículos, de los cuales 19 eran blindados. Estados Unidos pedirá su extradición y quiere llevárselo cuanto antes, algo por ahora poco probable.

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