El Código Financiero que se debate en la Asamblea
Nacional del Ecuador evitará que se repita una crisis económica y
financiera como la de 1999, cuando el gobierno de Jamil Mahuad congeló
las cuentas de ahorros de millones de ciudadanos, lo que derivó en la
migración masiva de ecuatorianos a Europa y Estados Unidos.
Los 516 artículos que constan en el nuevo código prohíben
expresamente la libre regulación de los mercados financieros, lo que
históricamente ha provocado las peores crisis económicas en Ecuador y
otros países de la región.
Por ejemplo, a finales de los siglos XIX e inicios del XX, la banca
privada en Ecuador dominaba la economía gracias a la Ley de Monedas
(1898) y la Ley de Bancos (1899). Las entidades financieras tenían
capacidad para poner moneda en circulación y asumieron gran parte del
rol del Estado en la economía como ofertantes de créditos para toda
actividad productiva considerada como significativa. Entonces, los
bancos imprimían papel moneda sin tener respaldo en oro, lo que fue
determinante para que estallara la crisis del cacao.
El nuevo reglamento prohíbe a las entidades del sistema financiero
nacional congelar o retener arbitrariamente fondos o depósitos, efectuar
operaciones activas y contingentes con personas vinculadas o por sobre
los cupos permitidos en este código.
También aparece el impedimento de adquirir título valores de renta
fija emitidos, avalados o garantizados por la entidad o las compañías
que integren un mismo grupo financiero o grupo popular y solidario en
condiciones distintas a las del mercado, y negociar dentro de su mismo
grupo las acciones de propiedad de cualquiera de sus integrantes.
Según el ministro Coordinador de la Política Económica, Patricio
Rivera, estas regulaciones eliminarán a aquellas leyes que se fijaron en
el auge del neoliberalismo. “En los 90, los banqueros se tomaron el
gobierno y por consecuencia los órganos reguladores de la banca. En este
panorama tuvimos la peor crisis de la historia. Una normativa de este
tipo evitará que esto se repita y que los banqueros sean al mismo tiempo
reguladores y regulados”, dijo.
No es la primera vez que el Ecuador inicia un proceso de regulación
del sector financiero. La Revolución Juliana (1925-1931) dio inicio a un
Estado con perspectivas en atención a la cuestión social y a la
regulación del sector financiero. Una de sus principales medidas fue la
creación del Banco Central pese a la constante resistencia de los grupos
de banqueros. En 1926, bajo el liderazgo del presidente Isidro Ayora,
se crea la Caja Central de Emisión y Amortización a partir del cual los
bancos quedaron prohibidos de producir moneda.
Sin embargo, con la consolidación del modelo neoliberal en el país
durante 1980 y 1990, las recetas como la austeridad fiscal, la
privatización y el libre mercado fortalecieron las políticas de
desregularización en el sistema financiero que derivaron en la crisis
bancaria de 1999.
El nuevo proyecto de Ley está centrado en dos líneas primordiales:
seguridad financiera para los depositantes e incentivos para incrementar
los créditos destinados al desarrollo.
Rivera explicó que el sistema financiero tiene el 70% de sus créditos
a corto plazo, lo que imposibilita el fomento de la producción. El
código establece incentivos para direccionar los créditos a favor del
aparato productivo y desincentivos para disminuir los créditos
destinados a la importación de artículos de lujo, ejemplificó el
principal de esta cartera de Estado.
“El Estado no pretende manejar la banca privada ni determinará a
quien presta dinero. El Estado generará normativa para recuperar la
soberanía monetaria haciendo política pública”, señaló.
El ministro enfatizó en que Ecuador es un país que crece y genera
empleo y la oposición al nuevo reglamento no tiene fundamentos. “La
liquidez del actual gobierno en comparación con los anteriores es
abismal, mientras en 2003 la cuenta del tesoro registraba 129 millones
en 2014 temenos diez veces más. Asimismo tenemos también un pico
positivo de liquidez externa y la deuda sobre PIB más baja de la
historia en el país”, sostuvo.
La crisis de 1990 en la región
La crisis económica y financiera de 1990 significó la adopción de una
serie de medidas que favorecían a los banqueros no solo en Ecuador sino
en varios países de la región.
La crisis financiera en el país andino se fue gestando desde 1981
cuando el Estado implementó un programa de intercambio interno de la
deuda externa para rescatar al sistema bancario. En 1994, el Banco de
los Andes, con una cuota de mercado del 6% de los depósitos, fue
intervenido y absorbido por otro banco privado.
Entre 1995 y 1997 las autoridades intervinieron varias instituciones
financieras pequeñas, además 30 sociedades financieras y siete bancos
recibieron apoyo de liquidez. A principios de 1996, el quinto mayor
banco comercial fue intervenido.
En 1998 y 1999, 60% del sistema bancario fue arbitrado y siete
instituciones financieras, que representan alrededor del 30% de los
activos de la banca comercial se cerraron. Para marzo de 1999, los
depósitos bancarios fueron congelados, y en enero de 2000, 16
instituciones financieras, que representan el 65% de los activos se
cerraron o pasaron a manos del Estado.
En Argentina el declive bancario de 2001 impuso a los ciudadanos la
crisis económica ocasionada por el cierre de los bancos después de que
en 1996 once bancos colapsaran o fueran suspendidos. El gobierno de esa
entonces liderado por Carlos Menem impuso restricciones a los ciudadanos
para salvar a la banca.
En Uruguay y Venezuela los gobiernos asumieron la recapitalización de
los bancos y evitaron así que la crisis financiera recayera en los
ciudadanos. En Uruguay se cerraron 4 bancos en tanto que en Venezuela
las autoridades intervinieron 47 bancos.
La crisis financiera en Brasil obligó al gobierno a convertir los
depósitos de los ciudadanos en bonos. Hacia 1994, 17 bancos pequeños
fueron liquidados, tres bancos privados intervenidos y 43 instituciones
financieras pasaron a la vigilancia del Banco Central de Brasil.
En octubre de 1987 el Banco Central de Bolivia liquidó dos bancos privados y siete más reportaron grandes pérdidas.
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