sábado, 29 de marzo de 2014

TRAS LA CLAVE PARA UNA VEJEZ FELIZ


En los comicios de Costa Rica del pasado 2 de febrero, el padrón electoral registraba a 513 ciudadanos con más de cien años. Algunos de ellos fueron testigos de 28 elecciones presidenciales previas, y sumando todas sus edades se obtiene un total de 52 193 años.
Un buen porcentaje de estas personas vive en la península de Nicoya, un lugar donde ya hace tiempo dejó de ser noticia que alguien cumpla un siglo de vida. El demógrafo Luis Rosero Bixby fue el primero en estudiar lo que ocurre en esta zona, y especialistas de todo el mundo han acudido para buscar las claves para contar tantas decenas de velas en un pastel de cumpleaños.
Uno de ellos es el periodista estadounidense Dan Buettner, que en un proyecto conjunto con The National Geographic Society se dedicó a recorrer zonas que, como Nicoya en Costa Rica y Vilcabamba en Ecuador, conjugan elementos ambientales para una larga vida.
El resultado fue The Blue Zones (Zonas Azules), un compendio de anécdotas que invitan a reflexionar cuáles son los puntos a favor de quienes viven una ancianidad extendida, pero sobre todo feliz.
Familias centenarias con valores más antiguos aún

En agosto del 2012, justo cuando Consolata Melis cumplió 105 años, recibió acompañada de sus hermanos a un grupo de la Fundación Guinness. En su humilde casa de Sardinia, Italia, les entregaron un diploma que les daba la distinción de la familia más longeva del planeta. Entre sus nueve miembros sumaban 818 años.
Esta isla mediterránea basa su alimentación en la leche de cabra, y rara vez comen carne en el plato principal. Al ser un pueblo dedicado al pastoreo, caminan grandes extensiones diariamente con sus rebaños, cumpliendo sin proponérselo las recomendaciones de médicos de todo el mundo respecto al ejercicio. Eso sí, según reflejó Buettner en su trabajo, más allá de su dieta u otras costumbres, los adultos mayores de Sardinia ponen por sobre todas las cosas a los lazos familiares y el respeto a los mayores, además de la importancia de "reír frecuentemente", con los amigos.
En la isla griega de Ikaria, igualmente, se han llevado a cabo múltiples estudios respecto a una dieta basada en vegetales -plantados en huertos domésticos- y vino hecho en casa.
Pero en gran parte de estas investigaciones ha llamado la atención que, a pesar de no haber estado exentos de la pobreza y el sufrimiento -muchos vivieron los horrores de la Segunda Guerra Mundial y ahora padecen los efectos de la crisis económica- los han sobrellevado positivamente a través de la solidaridad. "No estamos hablando de 'mi' hogar, sino de 'nuestro' hogar", reveló un médico local durante los estudios en The Blue Zones.
Este sentido de pertenencia a la comunidad es un punto en común con la localidad japonesa de Okinawa, que también ha sido un imán del 'turismo de la longevidad' en Asia. Además de su dieta basada en vegetales y su costumbre de cultivar jardines, una de las claves para encontrar ancianos que superan los 80 o 90 años en plena condició física son los 'moai'.
Incluso quienes no tienen familiares cercanos encuentran en estas redes -conformadas por vecinos y conocidos- la tranquilidad de obtener apoyo económico o material cuando lo necesitan. El saber que siempre habrá alguien pendiente de sus necesidades reduce significativamente su estrés.
Mientras la expectativa de vida a escala mundial llega al 2014 a 89,5 años según las estadísticas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), la inquietud por mantener un buen estado físico y mental aumenta.
Frente a esto, los científicos no se atreven a asegurar que esto dependa de factores genéticos, ambientales o una combinación de ambos. Pero luego de sus extensos recorridos por estos paraísos de la longevidad, reflexiona que ninguno de sus entrevistados empezó a preocuparse a los 40 años de que querían llegar a los 100 y cambiaron sus hábitos, sino que intentaron, con sus medios, tener una existencia feliz...

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