sábado, 19 de abril de 2014

TESTIMONIO PÚBLICO DE FE POR VIERNES SANTO


Una vez más, como hace 55 años la calle Lizardo García, fue escenario de uno de los acontecimientos de fe popular más imponentes del país y tal vez de Latinoamérica.Atrás quedaron los días en que el paso de la procesión dejaba sus huellas en las calles porque la caminata se hacía entre lodo y agua. Ahora, tras medio siglo de tradición, la imagen del Cristo del Consuelo sigue haciendo vibrar a sus devotos cada Viernes Santo, pero en un ambiente diferente, entre calles adoquinadas y arborizadas.Ya no a las orillas de un pantano sino de un populoso sector, que cada Semana Santa recibe la visita de miles de creyentes de todo el país que caminan junto a la imagen de Cristo en señal de penitencia. Para conseguir ese objetivo, los devotos amanecen en vigilia en el templo o empiezan a llegar junto con la aurora, pues el Cristo deja temporalmente su Santuario (Lizardo García y la A) a las 07:00, y de ahí inicia su peregrinar en medio de cantos, rezos, una mezcla de olores, personas perdidas y desmayadas, y pedidos a no detener el paso de la marcha.El tropel retrasó unos minutos la salida, pero con la ayuda de la policía se inició la caminata. Son 17 cuadras de recorrido, exactamente 1.540 metros de distancia entre el Santuario y la iglesia del Espíritu Santo; pero que cada minuto avanza más lentamente porque está en medio de 500.000 personas que intentan acercarse al Cristo.Entre la multitud las historias de fe se cuentan a cada paso. Entre los asistentes hay desde adolescentes arrepentidos porque no cumplieron su promesa de ser mejores estudiantes, pasando por enfermos de cáncer que suplican un milagro, hasta madres que piden a Dios para que sus hijos dejen las drogas y el alcohol.En ese caminar, los minutos pasan, el sol empieza a imponerse, las velas se van consumiendo y el cansancio obliga a tomar un descanso en la vereda. Pero la procesión, que en cuestión de distancia es corto, pero en número de devotos interminable, sigue su marcha.Como interminable son los comerciantes, que aprovechando la masiva presencia de gente se las ingenian para llegar inclusive hasta el cordón policial que resguarda al Cristo para ofrecer agua, rosarios y pequeños textos del viacrucis.Los más cautos se quedaron en las esquinas y calles aledañas para armar improvisados comedores donde ofrecían tortillas de verde con queso, encebollado, pescado frito y el clásico mote con chicharrón. En la otra esquina se encontraban los socorristas, que ayer atendieron al menos a un centenar de desmayados y perdidos.Entre tanta oferta el: ¡Venga, venga!, ¡lleve, lleve! y, ¡a dólar, a dólar!, se escuchaba a mil, aunque este año los comerciantes debieron hacer más esfuerzos para vender sus productos, pues en cada esquina equipos de ampliación trasmitían el rezo del viacrucis, que era trasmitido por radio Santiago, La voz de María y Católica, además de emisoras on line.Diez minutos después de las 11:00, el Cristo se fue acercando lentamente hasta el Espíritu Santo en medio de los aplausos y las vivas de los devotos, que con paraguas trataban de aplacar el sol, que a esa hora irradiaba en su total magnitud.Antes del mediodía, después de una corta de reflexión y bendición del arzobispo de Guayaquil, monseñor Antonio Arregui, quien presidió la caminata, la muchedumbre empezó su peregrinación a casa.Las frasesLos niños son nuestra esperanza y este año pedimos para que no les falte salud, educación y amorAntonio Arregui, arzobispo de GuayaquilYo le vengo a pedir a mi Dios por el país, por los gobernantes y particularmente por los enfermosCarlos Cajape, devotoEl año pasado vine en silla de ruedas, en el 2012 tuve un accidente, ahora por él estoy caminandoGeovannie Alvarado, peregrino

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