¿Le festejaron su cumpleaños? ¿Le compraron una torta?, interrogó, sonriente, el santo padre al estrecharle la mano a Arregui. Este le respondió que sí. “Al mediodía”, dijo.
Luego de hablar de los proyectos de la Fundación, que se dedica a apoyar a los sectores indígenas y pobres de América Latina, y al despedir a los delegados, el papa Francisco nuevamente se dirigió a monseñor Arregui. “Cumple 75 años, así que le damos su regalo de cumpleaños”, exclamó, y le entregó una cajita. Ambos sonreían.
Ese fue el último encuentro de Arregui, como Arzobispo de Guayaquil, con su santidad. Ayer, una semana después, el Vaticano informó oficialmente sobre la aceptación de la renuncia de quien también ejerciera el cargo de presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana. Esta había sido presentada por el prelado meses atrás, al cumplir la edad canóniga de los 75 años, la del retiro por disposición de los reglamentos de la Iglesia católica. Justo, Arregui había cumplido esa edad, el 10 de junio, un día antes de la audiencia con el papa, en Roma.
Ahora, la Santa Sede nombrará al sucesor de monseñor. Mientras no sea nombrado y posesionado el nuevo arzobispo, monseñor Arregui permanecerá en el cargo. Y ayer, él seguía ejerciendo sus funciones en la Asamblea General de Obispos, en Quito, aún con mucha vitalidad, pese a que el 18 de noviembre del 2012 fue operado del corazón.
Mientras, en la Catedral de Guayaquil, la noticia no sorprendió mucho a los otros clérigos, pero sí a los feligreses.
César Carrera, 88 años, fue uno de los que recibió la noticia con admiración. Él asiste todos los días a la Catedral, pues vive en 10 de Agosto y Boyacá, pleno centro de la ciudad. “Es una pena (el retiro de monseñor) porque ha sido un buen arzobispo de Guayaquil. Siempre ha luchado por todos nosotros. Me da mucha pena, me sorprende”, refirió Carrera.
Señaló que confiaba que el sucesor que designe el papa Francisco sea el más indicado para guiar la labor pastoral de la Iglesia católica guayaquileña.
Corina Araujo, de 49 años, indicó que espera que el nuevo arzobispo ponga énfasis en difundir las actividades de las diferentes parroquias eclesiales para atraer a los fieles que se han apartado de la fe católica.
“Mientras más se hace conciencia de que uno debe colaborar con la Iglesia y con las personas necesitadas, más se acercarán”, refirió.
El rector de la Catedral, Rómulo Aguilar, manifestó que en el clero hay expectativa por saber quién será el sucesor de Arregui. Señaló que confían en la decisión del Vaticano y que todos los miembros de la Iglesia seguirán trabajando con ímpetu en beneficio de la comunidad católica.
Entre los proyectos que impulsó el arzobispo saliente, Aguilar destacó la asistencia médica a cientos de portadores de VIH, que son tratados en los diferentes dispensarios de las parroquias diocesanas. Otro proyecto en marcha es dar acogida a migrantes indígenas.
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Parroquias forman parte de la arquidiócesis de Guayaquil.
Los más cercanos al Arzobispo
Iván Minda
Religioso de 54 años, nacido en Imbabura. Se ordenó el 27 de junio de 1998 y desde el 8 de noviembre del 2009 se desempeña como obispo auxiliar de Guayaquil. Integra la comisión Episcopal de Cultura.
Bertram Wick
Sacerdote suizo de 58 años, desde el 30 de noviembre del año pasado es obispo auxiliar de Guayaquil. Ha sido vicario parroquial de Manglaralto, párroco en Colonche. Desde el 2012 es vicario episcopal de Santa Elena.
Juan B. Piccioli
Desde el 8 de febrero de este año se desempeña como obispo auxiliar de Guayaquil. El clérigo, de 57 años, nacido en Erbusco, Italia ha servido en iglesias de Manabí. Allí su labor pastoral ha sido significativa.
Rómulo Aguilar
Tiene 25 años como sacerdote. Es rector de la Catedral desde el 24 de agosto del 2006 y encabeza los actos religiosos en el centro de la ciudad. El clérigo, de 60 años, es oriundo del cantón Simón Bolívar, Guayas.
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