Hubo un tiempo, hace dos temporadas, donde Messi jugaba un promedio de más de 128 minutos de fútbol oficial a la semana. Incluido el presunto mes de descanso veraniego, por supuesto. En total, 77 partidos, donde llegó a sumar la astronómica cifra de 84 goles, 65 con el Barcelona y 19 con Argentina. Semejante esfuerzo, que supera cualquier orden lógico, parece pasar factura ahora a Leo, cuyos problemas musculares tienen en vilo al barcelonismo.
Parece abrirse un nuevo escenario para Messi. Una etapa con una agenda menos
cargada, con descansos en la segundas partes, como el pasado domingo ante el
Levante. De momento, Gerardo Martino ha intentando dosificar los esfuerzos de su
estrella, fuera de la convocatoria ante el Málaga por un hematoma en un
muslo.
"Leo entiende de qué va esto. Y lo hemos hablado, porque no me gusta imponer nada. En el fútbol, como en las relaciones humanas, todo es cuestión de equilibrio. Y está claro que deberé ser cuidadoso para no sacarlo cinco veces seguidas", comentó Martino el pasado martes. Un día después, el '10' se retiraba tras el descanso tocándose la parte posterior de la pierna izquierda.
Entre medias, un mes de vacaciones, que no siempre de descanso absoluto. Desde el 15 de junio, tras el último amistoso en Guatemala, hasta el 15 de julio. La primera quincena estuvo plagada de kilómetros de avión y actos publicitarios por Senegal, Perú, Italia, Colombia o Estados Unidos. Después, unos días en Ibiza con la familia, ya de relax total.
Claro que sólo una semana después del regreso al trabajo, Messi y el resto de compañeros subían de nuevo al avión, desde Alemania a Malasia, desde Noruega a Israel. Pocos entrenamientos, fatiga mental acumulada y la enésima sobrecarga muscular que le hizo ser duda en el debut liguero. Ahora, el Barça, que el pasado curso contó por victorias los seis partidos en Liga sin su estrella, confía en el buen nivel de Fábregas, el sustituto natural, un jugador capaz de cambiar por sí mismo un partido, como ya demostró en el Calderón. Sólo unos días antes, regaló cuatro asistencias ante el Levante.
"Leo entiende de qué va esto. Y lo hemos hablado, porque no me gusta imponer nada. En el fútbol, como en las relaciones humanas, todo es cuestión de equilibrio. Y está claro que deberé ser cuidadoso para no sacarlo cinco veces seguidas", comentó Martino el pasado martes. Un día después, el '10' se retiraba tras el descanso tocándose la parte posterior de la pierna izquierda.
De Senegal a Malasia
Las molestias esta zona tan delicada han sido recurrentes en los últimos cinco meses. Desde aquel maldito 2 de abril en París, cuando fue cambiado al descanso, Messi sólo disputó un partido al completo. Una noche infausta en el Allianz Arena, donde Leo se mostró como ausente. Seguía sobre el césped, aunque absolutamente mermado. De los otros 16 compromisos con su club o la selección, sólo fue titular en tres. Y en siete de ellos no jugó ni un minuto.Entre medias, un mes de vacaciones, que no siempre de descanso absoluto. Desde el 15 de junio, tras el último amistoso en Guatemala, hasta el 15 de julio. La primera quincena estuvo plagada de kilómetros de avión y actos publicitarios por Senegal, Perú, Italia, Colombia o Estados Unidos. Después, unos días en Ibiza con la familia, ya de relax total.
Claro que sólo una semana después del regreso al trabajo, Messi y el resto de compañeros subían de nuevo al avión, desde Alemania a Malasia, desde Noruega a Israel. Pocos entrenamientos, fatiga mental acumulada y la enésima sobrecarga muscular que le hizo ser duda en el debut liguero. Ahora, el Barça, que el pasado curso contó por victorias los seis partidos en Liga sin su estrella, confía en el buen nivel de Fábregas, el sustituto natural, un jugador capaz de cambiar por sí mismo un partido, como ya demostró en el Calderón. Sólo unos días antes, regaló cuatro asistencias ante el Levante.
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