Pocos le prestaban atención en el lobby del hotel de Costa de Sauipe durante
el sorteo del Mundial, pero ahora, apenas seis meses después, Jorge Luis Pinto
es el técnico de moda en la Copa de Brasil 2014.
El menudo y eléctrico seleccionador logró al frente de los ticos una hazaña con la que nadie contaba cuando la suerte lo encuadró en una llave con tres campeones del mundo: Italia, Inglaterra y Uruguay.
“Estamos en un grupo complejo”, dijo entonces el adiestrador colombiano, una descripción que entonces parecía demasiado optimista.
La zona fue bautizada pronto como el ‘grupo de la muerte’, pero nadie pensaba que Costa Rica tuviera algo que decir ante el poderío de sus rivales. Nadie, excepto quizá Pinto. “Somos un equipo táctico, que juega bien con la pelota, que busca a los contrarios”, advirtió. “Tenemos buenos jugadores, como Christian Bolaños, Bryan Ruiz, Celso Borges o Keylor Navas, el arquero, pero principalmente tenemos una mentalidad de equipo”, destacó.
Que Costa Rica era un conjunto bien trabajado se adivinaba al ver la eliminatoria de la Concacaf, donde el equipo terminó segundo, por detrás de Estados Unidos. Pero su peligrosidad quedó clara en su debut en el Mundial 2014, cuando derrotó a Uruguay 3-1 contra todo pronóstico y tras remontar un gol en contra.
Si alguien pensaba que era casualidad, el equipo de Pinto lo desmintió el viernes pasado, al derrotar a Italia 1-0 y lograr su segunda clasificación para octavos tras la de Italia 1990.
“Mentalidad”, repite Pinto para explicar el éxito de su equipo, que se ha contagiado de la explosiva y ultraconfiada personalidad de su entrenador de 62 años, un hombre que consagró su vida a recorrer Latinoamérica, donde ganó títulos locales en Perú, Costa Rica y Venezuela. En Ecuador dirigió sin éxito a El Nacional.
El menudo y eléctrico seleccionador logró al frente de los ticos una hazaña con la que nadie contaba cuando la suerte lo encuadró en una llave con tres campeones del mundo: Italia, Inglaterra y Uruguay.
“Estamos en un grupo complejo”, dijo entonces el adiestrador colombiano, una descripción que entonces parecía demasiado optimista.
La zona fue bautizada pronto como el ‘grupo de la muerte’, pero nadie pensaba que Costa Rica tuviera algo que decir ante el poderío de sus rivales. Nadie, excepto quizá Pinto. “Somos un equipo táctico, que juega bien con la pelota, que busca a los contrarios”, advirtió. “Tenemos buenos jugadores, como Christian Bolaños, Bryan Ruiz, Celso Borges o Keylor Navas, el arquero, pero principalmente tenemos una mentalidad de equipo”, destacó.
Que Costa Rica era un conjunto bien trabajado se adivinaba al ver la eliminatoria de la Concacaf, donde el equipo terminó segundo, por detrás de Estados Unidos. Pero su peligrosidad quedó clara en su debut en el Mundial 2014, cuando derrotó a Uruguay 3-1 contra todo pronóstico y tras remontar un gol en contra.
Si alguien pensaba que era casualidad, el equipo de Pinto lo desmintió el viernes pasado, al derrotar a Italia 1-0 y lograr su segunda clasificación para octavos tras la de Italia 1990.
“Mentalidad”, repite Pinto para explicar el éxito de su equipo, que se ha contagiado de la explosiva y ultraconfiada personalidad de su entrenador de 62 años, un hombre que consagró su vida a recorrer Latinoamérica, donde ganó títulos locales en Perú, Costa Rica y Venezuela. En Ecuador dirigió sin éxito a El Nacional.
Siempre se habló de la escuela de entrenadores alemana, de la española. Y hoy tienen que hablar de la colombiana.
Jorge Luis Pinto
DT de Costa Rica
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