Neymar. Un nombre, seis letras, una obsesión. La pasión que ha desatado el nuevo cromo en el álbum del Barcelona desborda cualquier sinónimo de normalidad. Desde su llegada al aeropuerto de El Prat, pasando por el hospital donde se ha realizado el pertinente reconomiciento médico, en el Palau Blaugrana con su compatriota Marcelinho Huertas o el mismísimo Camp Nou. No hay un hueco en el que no hayan estado apretados unos cuantos aficionados azulgrana coreando el nombre de su ídolo
epresidente económico del Barcelona, Josep Maria Bartomeu, confesó que la jornada viene precedida por unas negociaciones "largas pero fructuosas" que comenzaron en 2011, hace dos años. Para que Neymar se haya puesto la equipación barcelonista la entidad ha tenido que abonar finalmente 57 millones de euros (a repartir sin que el club entre en más detalles entre cuatro empresas entre las que se encuentra su anterior club, el Santos, DIS, Teisa y N&N) y la disputa de dos encuentros amistosos con su ex equipo.
El Barcelona tenía previsto hace un año abonar 40 millones de euros, de los que adelantó 10, pero criticó que la "intromisión del Real Madrid y otros clubes" han provocado que el coste total sea el antes mentado. Algo que le convierte, de esta manera, en uno de los futbolistas que más dinero le ha tocado pagar al Barça por sus servicios. Y si a alguien se le pasa por la cabeza llevarse a este joven talento, deberá abonar los 190 millones de su cláusula de rescisión azulgrana.
A pesar de esas cifras que el jugador no cree que la merezca, este chico de 21 años viene con la lección aprendida. Sabe quién es el líder ofensivo del equipo y no duda en rendirle pleitesía: "Vengo a sumar y ayudar a que Leo Messi siga siendo el mejor del mundo por muchos años". Luego fue a más: "Nunca me he preocupado por ser el mejor del mundo. El mejor del mundo esta aquí, es Messi. Yo soy uno de los hombres con más suerte en el planeta, por poder jugar a su lado. Espero poder ayudarle a seguir siendo el mejor del mundo". También alabó a Xavi e Iniesta y recordó que el resto de jugadores son importantes. "Quiero ganar todos los títulos posibles y dar alegrías a los seguidores", sentenció tras admitir que decidió ir al Barça "con el corazón, no por dinero" y que Dani Alves fue una persona que más le ayudó en este plano.
La decisión que le hace ser "feliz" y estar "soñando" le llevó al Camp Nou. Allí llegó a saludar a los espectadores en catalán, idioma del que dijo en rueda de prensa que "he aprendido algo y ahora es mejor que mi castellano, voy a intentar mejorarlo aún más". El estadio le acogió con 56.500 espectadores, más de la mitad del aforo. Y él respondió con algunos malabares, carantoñas variadas y esa sonrisa patentada que le acompaña con los ojos medio cerrados.
En las distancias cortas, este joven delgado pero fibrado parece entrañable. Habrá que ver si también lo es su juego divertido, desencorsetado y atrevido. "No me pensado todavía en mi adaptación", asegura. De momento, sabe quién es el que manda en ataque, porque los números y los logros conseguidos por Messi así atesoran esa sumisión previa de Neymar.
Bueno, Neymar Jr. según se estampa en su camiseta barcelonista. La misma que aún no tiene dorsal, pero que sus amigos mostraron durante la jornada con el nombre Toiss (la denominación inventada por él mismo hacia sus colegas) acompañado por el número 11. El mismo que, de momento, pertenece a Thiago Alcántara. Aunque ésa será otra historia. Ésta acabó cuando el nuevo miembro del vestuario barcelonista, tras mudarse allí sin sus compañeros, acabó una jornada maratoniana. Ahora regresará a Brasil. Volverá y, se espera, maravillará.
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