Stanislas Wawrinka ganó el partido de su vida. El suizo (8° del ranking) dio el batacazo y sacó en cuartos de final de Australia al serbio Novak Djokovic (2°) tras derrotarlo por 2-6, 6-4, 6-2, 3-6 y 9-7 en casi cuatro horas de juego.
Así, no sólo se ganó un lugar en las semifinales del primer Grand Slam de la temporada y logró su tercera victoria ante Djokovic en 18 encuentros. También cortó al serbio un par de buenas rachas: el actual dos del mundo llegaba a Melborune habiendo ganado las últimas tres ediciones del torneo y no perdía en un torneo grande antes de las semifinales desde Roland Garros 2010 (en total, fueron 14 torneos seguidos entre los cuatro mejores del mundo).
Parecía al principio que el encuentro no se apartaría de los pronósticos. Porque Djokovic estuvo sólido y se quedó con el primer set en apenas 31 minutos ante un rival errático. En el segundo set, Wawrinka se acomodó poco a poco en la cancha y consiguió en el noveno game el único quiebre del parcial, el cual se llevaría tras sostener su servicio.
El serbio estuvo impreciso en el tercer parcial mientras que su rival aprovechaba el bajón y, exhibiendo su mejor revés y con una derecha constante, aprovechó las únicas dos chances de quiebre del set y se puso en ventaja tras quedárselo por 6-4. Nole no se dio por vencido y logró emparejar las cosas tras un extenso cuarto set de 49 minutos, en el cual quebró en el noveno game tras un error de derecha de Wawrinka.
El quinto set no careció de dramatismo. Djokovic quebró en el cuarto game pero no pudo sostener su servicio en el parcial siguiente. Con el marcador 5 iguales y Wawrinka sacando 40-15 la lluvia interrumpió el encuentro durante algunos minutos. Y en la reanudación, los puntos espectaculares siguieron. Pero en el 16° game, una volea de Djokovic que se fue notablemente afuera terminó con el encuentro. Y con su reinado en Australia.
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