martes, 30 de septiembre de 2014

“ECUADOR NO QUIERE PERDÓN, NO QUIERE OLVIDO”,AFIRMA TESTIGO DEL SECUESTRO DEL PRESIDENTE CORREA EL 30-S



La movilización ciudadana el 30-S liberó al Presidente y determinó la caída del golpe de Estado, afirma Bonilla.Foto:Luis Astudillo/Andes

 Con una bufanda verde alrededor de cuello Oscar Bonilla no puede ocultar entre los asistentes al Encuentro Latinoamericano Progresista (ELAP) convocado en Ecuador su sentido de pertenencia al Movimiento Alianza PAIS, que llevó al poder a su líder Rafael Correa, en 2007.

El ahora secretario nacional de Acción Política de PAIS fue testigo de la intentona golpista del 30 de septiembre de 2010 contra Correa y luego integró la Comisión de Investigación de este suceso, tema sobre el cual conversó con Andes en el cuarto aniversario de esa fecha aciaga para la nación.
Andes: ¿Cómo fue su experiencia en esa Comisión de la Verdad y cómo la ve a la luz de los cuatro años transcurridos del 30-S de 2010?.
 “Yo llegué a la Comisión presidencial que investigó los hechos sobre el 30-S en una secuencia un poco extraña. Estuve junto con el Presidente a lo largo de todo el día. O sea, fue un extraño privilegio poder acompañarlo en los momentos más difíciles de ese día, no únicamente en el hospital de la Policía a donde llegamos al cabo de una serie de incidentes que fueron conocidos por toda la ciudadanía.

Luego pasé a la Comisión de Investigación sobre el 30-S, después de haber ejercicio como viceministro de Gobernabilidad del Ministerio del Interior. Por lo que la única manera de responder es, en consecuencia, desde mi sensibilidad, la que se ha construyó desde ese día aciago, donde no solamente estuvo expuesta la vida del presidente, fui un testigo directo de eso, no solo por haberlo visto y acompañado durante su secuestro de 10 horas, sino también por haber sido parte de esa gran movilización ciudadana que lo liberó porque que realmente la que determinó la caída de ese intento de golpe de Estado.

Fue para mí rememorar consecuentemente, en forma acuciosa, metódica y detallada, momento a momento todo lo que aconteció ese día, pero también comprenderlo desde sus antecedentes y luego también en sus derivaciones y en ese contexto de un antes, un durante y un después comprender quiénes fueron los actores que intervinieron, que no solo se les podía identificar obviamente desde una investigación pensada desde la inteligencia, sino tenía que ser también pensada desde la política”.

Andes: ¿Cuánta verdad ha salido a la luz pública y cuánta faltaría conocerse para que se haga justicia y esto no vuelva a repetirse?
“Pensamos que los hechos que tuvieron una enorme evidencia del 30-S, mediante un investigación muy acuciosa, muy sistemática y técnica, tanto en el ámbito de lo jurídico como en lo político, nos permitieron reservar una gran cantidad de información. O sea, más de 40.000 páginas de documentos, más de 400 horas de grabaciones de audio y video, y también aproximadamente 240 entrevistas a testigos y actores directos de los hechos.

Consecuentemente, la reserva de información que pudimos sistematizar y entregar a la Fiscalía es muy vasta, y pensamos que la gran mayoría de ellos constituyen hechos de verdad y también elementos probatorios, útiles, para que la Fiscalía General del Estado pueda llevar los casos al escenario de la judicialización y tener sentencias adecuadas a cada uno y en cada  uno de los niveles en que intervinieron los actores, a fin de lograr que se haga justicia.

Estamos convencidos de que hicimos enorme contribución a la configuración de la verdad y ahora le toca a al sistema nacional de justicia cumplir con el papel que le otorga la Constitución y la Ley en el ámbito de sus funciones”.

Andes: Usted que estuvo cerca del  Presidente ese día 30-S, ¿puede dar fe de que estuvo realmente retenido en el Hospital?.
“Le voy a narrar una anécdota: cuando el Presidente ingresó a la Sala de Emergencias del Hospital fue llevado inmediatamente a una camilla para que le dieran oxígeno, porque estaba prácticamente asfixiado. De hecho, si es que se mantenía en los exteriores del Hospital de la Policía durante minutos, muy probablemente pudo haber muerto por asfixia.

Me acerqué a hablar con él, quien se retiró una máscara de oxígeno para poder escuchar y responder a mi pregunta de “¿Presidente, usted considera que deba establecerse un grupo de negociación, a fin de que superemos la situación que está en este momento?”. Su respuesta fue: ¿Estoy secuestrado?. Le contesté: “Presidente, usted está virtualmente secuestrado”. Y él afirmó: “Yo saldré de aquí como Presidente de la República y de ninguna otra manera, o saldré muerto”.

El secuestro del Presidente se produjo en el momento mismo en que ingresó por segunda vez al Regimiento Quito, porque nunca más pudo salir, independientemente de que el grupo que estaba cercano a él intentó durante varias ocasiones buscar una vía de salida de allí, esto fue imposible porque se lanzaban siempre bombas lacrimógenas o se ponían obstáculos humanos, es decir policías armados, violentos, con una alta agresividad contra el Presidente y el grupo que lo custodiaba y protegía, o sea que el secuestro se consumó en ese momento.

Luego ingresó al Hospital y desde ese momento tampoco podía siquiera pensarse que pudiera salir dado que todo el ambiente, al interior del propio Hospital, en el Regimiento Quito, y luego en los sectores circundantes al Hospital estaban cubiertos por policías armados y en una actitud absolutamente violenta.

Le puedo decir como testigo directo, presencial e inmediato de los hechos que el Presidente estuvo secuestrado por aproximadamente 10 horas”.

Andes: El pueblo sale a las calles a rescatar al Presidente, similar a lo ocurrido al presidente Hugo Chávez en 2002, en Venezuela. ¿Podría decirse que esa acción de 2010 fue un intento de una restauración conservadora, denunciada recientemente por Correa?.
“Entre los diversos análisis de diversos especialistas, políticos y politólogos, algunos apuntan a que el mismo día en que se posesionó en el Palacio de Carondelet se inició el proceso de desestabilización. Efectivamente, pensando en el 30-S, en los 60 días previos podemos observar cómo los actores fueron concurriendo en una acción cada vez más organizada y secuencialmente planificada; los medios de comunicación intervinieron generando una atmósfera de inestabilidad y desconcierto, y  sobre todo para desacreditar la Ley Orgánica del Servicio Público que se constituyó finalmente en el detonante del golpe de Estado.

Lo hicieron a través de artículos de opinión, de informaciones claramente orientadas a desfigurar el contenido de esa legislación; y todo esto concurría con acciones que al interior de la Policía y las Fuerzas Armadas se venían desarrollando; decenas de mensajes a través correos electrónicos diseminados en forma extensiva fueron soliviantando el ánimo de las tropas, tanto de la Policía como de las Fuerzas Armadas.

O sea, el impacto que tenía la política pública que se había generado en ambas instituciones fue reconstruido mediante una información que hacía pensar a otras personas que eso había sido generado en otro gobierno y no en este. Los datos demuestran claramente la diferencia entre el gobierno de (Lucio) Gutiérrez, que había impulsado esa política pública, y lo que había realizado durante el gobierno de Correa, y se utilizaron muchos otros elementos de distorsión de la opinión, tanto de la general como de la específica de estas dos instituciones.

Al mismo tiempo, se producían reuniones de diversos actores políticos, económicos y vinculados a las agencias de inteligencia de Estados Unidos, concretamente una que se produce en Miami, donde un connotado agente de la CIA está presente, junto con representantes del poder financiero, los (hermanos) Isaías que ahora están fugados en Estados Unidos y son reclamados por el gobierno de Ecuador para ser extraditados, algunos pensadores orgánicos de las élites ecuatorianas estuvieron presentes y representantes del exilio miserable del que ha sido víctima también Cuba porque han sido agentes de contrapropaganda contra la isla revolucionaria, y aquí en Ecuador en la Asamblea Nacional los actores políticos, tanto de la derecha como de lo que el Presidente caracteriza como la “izquierda infantil”, también concurrían en acciones para construir una mayoría que propiciara la legitimación de los hechos que se habrían producido el 30-S.

Fue una conjunción de actores y obviamente las tropas que se sublevaron, tanto de la Policía como de las Fuerzas Armadas, en donde intervinieron algunos oficiales superiores, los cuales han sido juzgados y no en todos los casos sancionados.

Es importante destacar que el proceso de judicialización que se impulsa en esa época, a través de  quien ejercía la función de Fiscal General para septiembre de 2010, fue un proceso totalmente irresponsable, no se cuidaron los lugares de los hechos, muchísimas pruebas se perdieron en el momento de la limpieza exhaustiva del Municipio de Quito se efectuó en todas las calles cercanas y al interior del Regimiento, tanto en los patios, del helipuerto, como en el tercer piso, donde estuvo recluido el Presidente, como en las gradas por donde transitaron permanentemente estos grupos soliviantados, enmascarados y agresivos.

Finalmente, este proceso de judicialización se coloniza a través de la misma Policía que había intervenido en estos hechos. Agentes de policía establecen grupos específicos para cada uno de los casos que trabajan con cada uno de los fiscales que investigan la propia actividad de los fiscales y obviamente distorsionan todos los elementos probatorios; Muchos de los actores políticos no fueron acusados, como los que llamaron al golpe de Estado de forma directa y cometiendo delitos penados por el Código Penal de La época, nunca fueron siquiera encausados, se llamó en algunos casos y no en todos a rendir versión fiscal, pero nunca motivos de un proceso de judicialización”.

Andes: Sin embargo, se pudo establecer quiénes fueron autores materiales e intelectuales detrás del golpe. ¿Cuál ha sido la ética del Presidente en este proceso? Hubo, incluso, unos policías que le pidieron perdón y él aceptó.
“La actitud moral del Presidente fue siempre de mucha generosidad, elasticidad y con mucha apertura. Efectivamente ofreció el perdón y lo ejerció y está dispuesto a seguir haciéndolo. Hace poco hizo declaraciones en ese sentido respecto a unos policías sancionados con 12 años de privación de libertad por intento de magnicidio; no ha habido respuestas concretas por parte de ellos hasta el momento, pero los actores materiales e intelectuales están identificados, la evidencia es muy grande, de lo que se trata es constituir los elementos probatorios que permitan justamente hacer justicia y todo eso lo tiene la Fiscalía General del Estado que ha actuado con bastante providad y eficacia, no podemos decir que es la misma actuación del Fiscal General de la República Galo Chiriboga que lo que hizo (Washington) Pesántez. Chiriboga lo ha hecho con responsabilidad.

Y tenemos la esperanza –porque hemos entregado toda la información- de que los autores materiales puedan ser judicializados; existen los instrumentos legales para que esto ocurra, se pueden diseñar estrategias para que esto ocurra, y allí estos representantes de la derecha económica, estos dirigentes de partidos políticos que se disfrazan de izquierda y se convierten en títeres y garrotes de la derecha, tendrán que cumplir su pena”.

Andes: ¿Cuál es la lección para los ecuatorianos de esos hechos del 30-S?.
“Al finalizar el proceso de la investigación detallada y profunda se recogió la opinión pública en todos los territorios del país, y si hay alguna lección es lo que ha dicho el pueblo ecuatoriano: “no queremos perdón, no queremos olvido, se debe construir la memoria histórica y esa empieza por construir la memoria de nuestra historia contemporánea, y esa es la historia de las luchas libertarias de nuestro pueblo, y en este caso del rescate de la democracia el 30 de septiembre de 2010”.

 http://www.andes.info.ec/es/noticias/ecuador-no-quiere-perdon-no-quiere-olvido-afirma-testigo-secuestro-presidente-correa-30-s

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