sábado, 4 de octubre de 2014

LA HISTORIA DE UN SUPERCLÀSICO RIVER - BOCA

Guillermo Francella, en su magnífica caracterización como Pablo Sandoval, decía en la maravillosa 'El secreto de sus ojos': "El tipo puede cambiar de todo. De cara, de casa, de familia... De novia, de religión, de Dios... Pero hay una cosa que no puede cambiar, no puede cambiar de pasión".
En esa secuencia de la oscarizada película de Juan José Campanella, la trama del film apuntaba al sospechoso de asesinato como incondicional de la Academia, de Racing. Sirva perfectamente como ejemplo de lo que significa un superclásico River-Boca. Pasión por encima de todo.
La que transmitieron en diferentes épocas los Labruna, Varallo, Pedernera, Rattín, Moreno, Valentim, Beto Alonso, Gatti, Fillol, Maradona, Francescoli, Márcico, Ramón Díaz, Palermo, Ortega, Riquelme... No se me moleste nadie, sabemos que no están todos los que son.
El primer superclásico oficial de la historia se disputó el domingo 24 de agosto de 1913, curiosamente en cancha de Racing. Se saldó con triunfo millonario por 2-1, a pesar de que las crónicas hablan de superioridad xeneize en el juego.
Antes ambos equipos ya se habían enfrentado en choques amistosos, fomentándose algo más que una rivalidad prolongada hasta nuestros días. De hecho en ese primer partido oficial cuentan que no faltó una tangana resuelta a puñetazos antes del final del mismo, con varios jugadores de ambos equipos contusionados.
Han pasado 101 años desde entonces, más de un siglo. Y los fríos números dicen que Boca ha sido mejor que River en el balance general: 345 ediciones del superclásico con 128 triunfos xeneizes, 111 millonarios y 106 empates, aunque en el profesionalismo los duelos se reducen a 195, con 70 victorias auriazules y 63 de la banda roja.
Ángel Labruna lidera las estadísticas goleadoras de los superclásicos con 16 tantos para River, por los 10 del brasileño Paulo Valentim en Boca. Reinaldo Merlo y Hugo Gatti, respectivamente, son los que más partidos han jugado en uno y otro bando.
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Obviamente, hay historias para dar y tomar en los casi 400 partidos entre River y Boca (respetemos el orden que dicta el enfrentamiento que nos ocupa en esta ocasión).
Uno de los encuentros más recordados data de octubre de 1972. Se disputaba en terreno neutral, en cancha de Vélez. A los 9 minutos River ganaba 2-0. Boca falla un penalti a continuación, pero antes del descanso da la vuelta al choque con tres goles, a los que siguió un cuarto nada más iniciarse la segunda mitad. River no se rinde pese al 4-2 en contra y aparecen dos hombres que posteriormente jugarían en España, Oscar 'Pinino' Más (Real Madrid) y Carlos 'El Puma' Morete (Las Palmas y Sevilla), que colocan el 4-5 definitivo para el millonario con uno y dos goles. El segundo en la cuenta personal de Morete, justo en el último suspiro.
El 23 de diciembre de 1928, Boca infligió un set en blanco a River (6-0) en lo que es la mayor goleada de los superclásicos hasta el día de hoy. En descargo de los perdedores cabe decir que terminaron el partido con ocho jugadores (no había sustituciones en la época) al lesionarse tres de ellos en el transcurso del mismo.
Y Di Stéfano de portero
Y para curiosidades, una con Alfredo di Stéfano como protagonista. 30 de julio de 1949. River y Boca se miden en el Monumental con ambos equipos sorprendentemente en el fondo de la clasificación. Amadeo Carrizo, mito entre los mitos de la portería millonaria (con permiso de Ubaldo Matildo Fillol), cae fulminado tras recibir un golpe en el estómago y tiene que ser atendido fuera del campo. River se queda sin guardameta y Di Stéfano se coloca bajo palos durante seis interminables minutos hasta que Carrizo se recupera. El partido lo ganó River por 1-0, con gol de Labruna.


Leer más: Argentina: River Plate - Boca Juniors, historia de una pasión - MARCA.com

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