Torbellino sensual y provocativo, vivió y amó como nadie, con una intensidad incomparable. Disfrutó de su libertad sexual como pocas en su época. Exprimió cada segundo de romance. La propia Simone de Beauvoir, intelectual feminista, compañera de Jean Paul Sartre y autora del libro El segundo sexo, señaló que Bardot era «al mismo tiempo depredadora y víctima de sus depredadores».
La pasión era su razón de ser y cuando el amor se agotaba, buscaBa, sedienta, un nuevo sorbo del elixir que siempre la mantuvo viva. No entendía de rutinas. No amaba, adoraba; no actuaba, conquistaba. Empalmó maridos y amantes. Más de 100, según Ginette Vincendeau, profesora de cine en el King's CollEge de Londres, que acaba de publicar una biografía sobre la actriz.
El tomo revela que la joven que soñaba con ser bailarina y que nunca se vio especialmente guapa se casó cuatro veces, tuvo un centenar de idilios, incluso estuvo con alguna mujer e intentó suicidarse varias veces, la mayoría por amor. La ecuación sale a más de una pareja por año, si se tiene en cuenta que Bardot cumplió hace poco los 80. Aunque quizás la mayor novedad sea que entre ese nutrido currículum de amantes también se colaron algunas féminas. Esta novedad no extrañará a aquellos que recueden cómo Bardot describía su primer encuentro con Marilyn Monroe en 1952 con motivo de una recepción real en Londres. «Marilyn era una rubia extremadamente bella. Parecía tan fresca y natural como si se acabara de levantar de la cama. Tú querías besarla apropiadamente».
Vincendeau retrata en su obra a aquellos que compartieron cama con la diva y trata de arrojar detalles hasta ahora desconocidos. Su primer marido fue el director de cine Roger Vadim, el hombre que descubrió el potencial de su melena rubia. La francesa tenía 16 años. Tras el flechazo la pareja quiso pasar por el altar. Cuando los padres de la joven se lo impidieron (Bardot era menor de edad), la enamorada no dudó en meter la cabeza en el horno como amenaza.
Se unieron cuando ella cumplió la mayoría de edad. Tras años de matrimonio, dejó a Vadim por Jean-Louis Trintignant, con quien compartió reparto en la cinta dirigida por su marido 'Y Dios creó a la mujer'. «Sabía lo que estaba pasando. Siempre preferí tener a mi lado a este tipo de mujer, aún sabiendo que me es infiel, que tener a otra que me amase sólo a mí», reconoció el engañado, según el citado libro.
Poco maternal
Tras Trintignant, con quien vivió dos años de relación, se enamoró del cantante Gibert Bécaud, también casado, y después del artista Sacha Distrel, hasta que conoció al actor Jacques Charrier, su segundo marido y padre de su único hijo. Charrier asumió la custodia del menor, pues Bardot siempre reconoció que nunca estuvo programada para ser madre.También tuvo relaciones con el cantante Nino Ferrer, el escultor checo Mirollav Brozek, el actor uruguayo Gustavo Rojo, el músico brasileño Bob Zagury, el actor Warren Beatty o el cantante Serge Gainsburg. Romances fugaces previos a su tercera boda, esta vez con el 'playboy' alemán Gunter Sachs. Se casaron en las Vegas y volvieron al glamour de Saint Tropez bajo una lluvia de pétalos de rosa. Entonces Bardot inició su carrera como cantante y después, en 1972 dejó el cine, empachada de cámaras, a los 38 años.
A los 40 se casó por cuarta vez, con el empresario Bernard d'Ormale, asesor de Jean Marie Le Pen y con quien aún comparte su vida. Desde 1992 la diva vive retirada en su mansión de Saint Tropez, rodeada de animales, su otra gran pasión tras los hombres. En 2003 prometió que no volvería a conceder una entrevista y cuando se le pregunta por los romances que más le han marcado afirma no se queda con ninguno. Cada uno ocupó un lugar especial.
En los últimos años su halo de glamour ha tornado en cierta excentricidad: ha sido condenada varias veces por incitación al odio por sus comentarios sobre los musulmanes y los homosexuales y no oculta su simpatía por la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen. Ahora vive para su asociación en defensa de los animales. «Le di mi juventud y mi belleza a los hombres, ahora le doy mi sabiduría y mi experiencia, lo mejor de mí, a los animales».
http://www.elmundo.es/loc/2014/10/18/54415a41268e3e65718b4581.html
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