De acuerdo con el Ceaaces, estas instituciones superiores no obtuvieron buenas calificaciones por no "cumplir con los multicriterios" o parámetros de acreditación que manejó el organismo.
En esta categoría están las universidades que obtuvieron menos del 35% en todas las evaluaciones.
Es decir, en academia, eficiencia académica, organización, infraestructura física y otros.
La decisión molestó a las autoridades y a los docentes de estas instituciones, que han afirmado que plantearán su desacuerdo con el organismo con impugnaciones.
Estos centros de estudios tienen dos años para presentar proyectos y poder ubicarse en otras categorías. En el 2015 desaparecerá el grupo denominado D.
Universidad laica Eloy Alfaro de Manabí
El centro manabita se respalda en publicaciones
El 28 de noviembre, un grupo de docentes y alumnos de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Eloy Alfaro (Uleam), junto a investigadores de la Universidad de Valladolid- España presentaron el libro 'Hábitat Social, Digno y Sostenible para Manta y Manabí'. Las autoridades afirman que el trabajo tomó 18 meses y consideran que lo desarrollaron con una investigación fuerte. Los equipos de catedráticos de Ingeniería Agronómica también dicen haber mejorado una semilla de maíz que les permite a los agricultores tener mayor rendimiento por hectárea. Por hechos como estos, Medardo Mora, rector de este centro, dijo no saber por qué y bajo qué parámetros midieron el desempeño de la universidad. "Aún estamos esperando que nos llegue la notificación por escrito, solo conocemos que nos bajaron de la categoría C a la D, eso es humillante".
De hecho, el informe del Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces) que emitió el informe sobre la recategorización de los centros, causó sorpresa y molestia en la U. manabita.
El vicerrector Académico, Leonardo Moreira, recuerda que cuando visitaron el centro de estudios, los funcionarios del Ceaaces verificaron la infraestructura y la organización. "Tenemos fallas en otros aspectos, que fuimos remediando, pero ahora salen con esto".
Entre los parámetros que el Consejo de Evaluación midió estuvo la investigación, y en ese la calificación de la Uleam fue 0. Según el principal de esta casona, no son una institución que hace ese trabajo. Pero asegura que están "en una tarea inicial, punzante y presente en el agro".
Moreira asegura estar consciente de que hay que hacer cambios. "Pero de ahí a que nos pongan como una universidad de cuarta, eso es un insulto". En la Uleam hay 852 profesores, de ellos 450 trabajan a tiempo completo.
Los 22 000 alumnos agrupados en la FEUE saben que hay cosas que corregir. Héctor Bowen, presidente, cree que el Ceaaces los midió sin tomar en cuenta el trabajo en áreas como vinculación con la comunidad y en los estudios que se desarrollan sobre los recursos marinos y agrícolas.
La Universidad Estatal del Sur de Manabí también pasó de categoría C a D. Este centro de estudios está intervenido judicialmente desde el 10 de septiembre pasado.
Este Diario solicitó una entrevista con las autoridades, sin embargo no se obtuvo respuesta.
En el Plan estratégico de desarrollo institucional de esta institución se dice que "ante los continuos cambios, la universidad no puede continuar en una posición de inercia. Debe adaptarse y responder a las nuevas demandas y necesidades de su entorno".
- 852 Docentes Trabajan en la Uleam, 450 de ellos laboran a tiempo completo.
222 registran maestrías y solo un docente tiene PhD
El balance entre la parte académica y administrativa financiera de la Universidad Luis Vargas Torres de Esmeraldas pesó mucho a la hora de que el Consejo de Educación Superior (CES) tomara la decisión de intervenirla.
La investigación de un año y medio que realizó este organismo, descubrió que la Universidad asigna un mayor presupuesto a la parte administrativa. Y muy poco a lo académico. Según el director subrogante del CES, Marcelo Cevallos, el 83% del presupuesto de la Universidad se destina para gastos administrativos, un 16% para provisión de educación superior, el 0,5% para vinculación social y apenas un 0,1% para la investigación científica y tecnológica.
Precisamente, este fue uno de los aspectos que motivó a la intervención del centro superior, el pasado jueves. Entonces se habló de denuncias de cobros por concepto de matrículas, pagos por sustentación de tesis de grado y graduaciones hechas al margen del Consejo de Facultad. A ello se suma la supuesta inconsistencia para la conformación del cogobierno de estudiantes, trabajadores y docentes.
Para Stalin Cañizares, exsupervisor de Educación, el bajo presupuesto destinado a la investigación sorprende, cuando en Esmeraldas hay mucho que investigar.
En la indagación del CES se tomó como referencia el presupuesto que al año recibe la U. (USD 22 millones). De eso, USD 19 millones se destinan para lo administrativo y USD 11 450 para los trabajos de investigación. En este último aspecto se consideran las publicaciones de investigaciones que se han realizado en revistas indexadas internacionales.
El vicerrector Académico, César Saavedra, reconoce la deficiencia que hay en la investigación y señala que la Universidad tiene cuatro investigaciones, pero en relación con el número de maestros titulares (231) esa cifra es paupérrima. "Por lo menos, cada uno debe tener una. Hay muchos compañeros que tienen libros, pero solo se quedaron para el consumo interno, jamás se las hizo calificar por un par externo".
Pero no es la única deficiencia hallada por el CES. Más de la mitad de los 510 docentes no tiene titularidad. Pues el nivel de maestros contratados está por el orden del 57% del total de la planta docente. Otro dato revelador es que apenas un docente cuenta con un PhD. "Eso nos perjudicó enormemente a la hora de la evaluación. Tenemos 222 docentes con maestrías", sostiene el vicerrector Académico.
El informe también reveló que el 55,3% de docentes trabaja a tiempo parcial o a medio tiempo. Una cifra que se contrapone con lo que exige la Ley de Educación Superior. Esta habla del 60% de la planta docente.
- 222 docentes tienen maestrías y apenas uno ha registrado su PhD.
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