Francisco celebró hoy su primera misa de Navidad en la plaza de San Pedro, ante una multitud de fieles. En su mensaje, el Papa denunció la trata de personas, el drama de los niños soldados y rezó por la paz en África y en Siria. “Pido el don navideño de la alegría y la paz”, subrayó.
Fiel a su estilo, el Papa se refirió a los graves problemas que aquejan a las sociedades actuales, como la trata de personas. "Niño Belén, toca el corazón de cuantos están involucrados en la trata de seres humanos, para que se den cuenta de la gravedad de este delito contra la humanidad", clamó el pontífice, luego de recordar la tragedia ocurrida a principios de octubre en la isla siciliana de Lampedusa, donde murieron ahogados unos 400 inmigrantes ilegales.
Asimismo, el Papa denunció que se obligue "a convertir niños en soldados, robándoles su infancia".
"Dirige tu mirada sobre los niños secuestrados, heridos y asesinados en los conflictos armados, y sobre los que se ven obligados a convertirse en soldados", dijo.
Tras dar la bendición “Urbi el Orbi”, Francisco realizó un fuerte llamado a la paz en Siria y África. Ante los fieles, el pontífice destacó la importancia del diálogo y de la solidaridad para ponerle fin al sufrimiento de los millones de personas que son víctimas de la violencia, la expulsión y la explotación en todo el mundo.
"Demasiadas vidas ha destrozado en los últimos tiempos el conflicto de Siria, generando odios y venganzas. Sigamos rezando al Señor para que el amado pueblo sirio se vea libre de más sufrimientos y las partes en conflicto pongan fin a la violencia y garanticen el acceso a la ayuda humanitaria", afirmó.
Asimismo, se refirió a la República Centroafricana y a Sudán del Sur, que también viven conflictos armados.
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