'Si los 'rankings' de universidades no existieran alguien los inventaría". Esta frase dicha en el 2010 por Philip G. Altbach, uno de los mayores expertos en educación universitaria en los EE.UU., reflejaba la importancia que para entonces ya tenían estas listas que clasifican a las universidades del mundo de acuerdo con su calidad.
En efecto, los 'rankings' internacionales de universidades han cobrado una inmensa importancia desde su aparición a inicios de los 2000. Esto se explica básicamente por el crecimiento vertiginoso del mercado de la educación superior, a su internacionalización como a la necesidad de las propias universidades de compararse con sus pares.
Además muchos gobiernos de países emergentes han empezado a tomar decisiones basadas en su existencia. Por ejemplo, Brasil que articuló un proyecto de becas de cerca de USD 2 000 millones para alumnos admitidos en universidades ubicadas en los primeros lugares de los 'rankings' y el propio Ecuador cuya política oficial de becas está vinculado con la existencia de estas listas.
Como lo advierte Grete Luxbacher, un experto inglés que escribe sobre educación universitaria en The Guardian, la elaboración de estos 'rankings' internacionales se ha convertido en un excelente negocio por la globalización y masificación de la educación superior.
En la mayoría de países de América del Norte y de Europa estas evaluaciones son elaboradas por organismos privados u organizaciones sin fines de lucro. Lo tres listados internacionales más importantes y que son tomados por la mayoría de países también son independientes de los gobiernos. En muy pocos países hay organismos del Estado que categorizan, como es el caso de Ecuador cuyo Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces) depende directamente del Ejecutivo.
Lo que sí hacen muchos Estados es acreditar a las universidades.
La acreditación, según explica el experto ecuatoriano Arturo Villavicencio, es una tarea muy distinta a la de evaluación. La acreditación se limita a reconocer a las instituciones educativas que cumplen con los requisitos legales del país.
Esos sistemas de evaluación y clasificación son fuertemente criticados por lo subjetivo y parcial de sus metodologías. El mismo Phil Baty, editor del Times Higher Education, uno de los tres más importantes 'rankings' internacionales, sostenía hace poco que "no hay 'ranking' universitario que pueda ser completamente exhaustivo y objetivo".
El 'ranking' de la Universidad de Shanghái fue rápidamente seguido por el QS World University Rankings y el Times Higher Education World University Ranking.
Según Luchbacher los 'rankings' tanto como los que se hacen a escala nacional tienen muy poca validez pero son tomados con mucha seriedad por el público, los gobiernos y las propias universidades.
"Los gobiernos y las universidades no deberían basar en ellos sus decisiones políticas, por el simple hecho de que son demasiadas las limitaciones metodológicas, de cobertura, o de ambas que presentan casi todos ellos", dijo Philip G. Altbach, profesor del Boston College.
En esto coincide Villavicencio, quien cree que categorizar universidades como lo hace el Gobierno no tiene sentido, pues estas instituciones educativas son demasiados heterogéneas. "No se puede comparar a una universidad de Bolívar con la San Francisco de Quito".
Dudas por la calificación
Arturo Villavicencio, experto ecuatoriano que estuvo vinculado al Gobierno en temas relacionados con la reforma universitaria, cree que las evaluaciones de las universidades no deberían ser hechas por los gobiernos porque terminará afectándose la autonomía universitaria. Así se distorsiona el concepto básico de la independencia de la educación superior.
Para Villavicencio, el Gobierno debería limitarse a acreditar a las universidades y no a evaluarlas porque eso siempre terminará por convertirse en una herramienta de chantaje político.
"Mis discrepancias apuntan a la política de control y vigilancia que está imponiendo el Gobierno", sostiene el experto e insiste en que no conoce país en el mundo en el que la elaboración de categorías o 'rankings' las haga el Gobierno.
Las listas en A. Latina
- En Argentina la acreditación y la evaluación la hace la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria.
- En Chile existe una Comisión Nacional de Acreditación que es un ente público autónomo que se limita a las acreditaciones.
- En Brasil uno de los 'rankings' es elaborado por el Folha de Sao Paulo. También, el 'Instituto Nacional de Estudos e Pesquisas Educacionais', un ente estatal.
- En México lo produce la Universidad Autónoma de México.
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