lunes, 21 de julio de 2014
“LA POLOCÍA HA ESTADO AGUANTANDO HASTA LOS EXCESOS CIUDADANOS”
Hay críticas de que Ecuador ha ido consolidando un Estado policiaco. ¿Cómo entiende el Gobierno este manejo de la seguridad a la que algunos quieren vincular con la represión política?
La relación del cuerpo policial con la población es tan cotidiana que se torna imperceptible. Eso significa que nuestros policías son vecinos armados. Es gente cercana a la población que se convierte en una ayuda por la cantidad de trabajo que realiza día a día. En algún momento, la Policía tiene que cumplir otro papel. Para ello tiene cuerpos especializados en resguardar los bienes públicos, la seguridad ciudadana.
En otras ocasiones actúa como auxiliar de la justicia y toma presos a quienes se considera infractores o a quienes son llamados a cumplir prisión preventiva. Estos son los componentes propios de cualquier cuerpo policial en el mundo entero. De ninguna manera, Ecuador apuesta a la persecución. Lo que hace es fortalecer la autonomía de cada una de las funciones del Estado.
Hay grupos políticos que piden proteger a los detenidos de la marcha del pasado jueves porque el Estado los puede desaparecer...
Ahí hay que ver quién es quién, quién es el violento, quién agrede. Siempre será bienvenida la protesta ciudadana, no tiene por qué tener prohibiciones de ninguna naturaleza en este Gobierno. Pero lo que se cuida de lado de la Policía es que no haya agresiones. La Policía ha estado aguantando hasta los excesos de los ciudadanos quienes, a veces comprensible aunque no justificable, creen que hay que agredir al policía que está cuidando los bienes públicos.
Sobre la seguridad en las fronteras, ¿hasta dónde los diálogos de paz han generado condiciones de menor inseguridad?
Veamos en dos dimensiones: la civil y la militar. La población civil está realmente disfrutando la paz. En el plano militar, antes nos confrontábamos, ahora nos unimos los ejércitos para colaborar y cooperar desde el desminado en el sur hasta la lucha contra enemigos comunes, como el narcotráfico y la violencia.
¿Ecuador va a reducir el número de militares en la frontera norte?
No va a bajar. Hoy no necesitamos unas Fuerzas Armadas con equipos aéreos supersónicos, llenos de misiles para un combate. Tenemos la fuerza disuasiva y defensiva necesaria, pero hay otras cosas en que se debe trabajar. Todo el sistema de videovigilancia aérea tiene que incorporar estas otras formas de penetración como las avionetas a baja altura que son usadas por el narcotráfico.
Esa es una tarea de las Fuerzas Armadas, por eso hay que colaborar con la Policía porque no puede tener radares. Además porque los mismos radares nos sirven para controlar toda la soberanía territorial, nos sirve también para la otra actividad…
¿Eso justificaría la enmienda a la Constitución y las reformas al Código?
Sí, totalmente porque lo único que se está haciendo es refrendando lo que ya hacen las Fuerzas Armadas. En Ecuador está permitido tener un arma en la casa, no portarla. Esta arma debe estar registrada en las Fuerzas Armadas para poder analizar, si en algún momento hay una muerte, la relación entre el dueño de la pistola y sus huellas dactilares. Las balas también se registran, la Policía se encarga del control balístico. Es decir, se ha sofisticado lo necesario. Son las Fuerzas Armadas más pequeñas, pero cualitativamente mejor preparadas, esa es la modernización.
Parte del plan de las Fuerzas Armadas es una lucha coordinada contra el crimen organizado porque esto desestabiliza a los países.
Hoy tenemos en las Fuerzas Armadas un baluarte que cuidar como los recursos estratégicos que se están construyendo, las hidroeléctricas que nos van a cambiar la matriz energética. Cuidan no solo que no las bombardeen sino también que no les hagan piratería informática. Esto debe estar encomendado a las Fuerzas Armadas.
¿Más que la Policía, la fuerza pública es ahora más técnica y por lo tanto necesita mejor especialidad?
El nuevo plan de las Fuerzas Armadas es reducir el tamaño y mejorar cualitativamente. Hoy en día se sabe que el espionaje es una herramienta tan poderosa que no solamente tiene efectos políticos.
Eso ya le tocaría controlar a las Fuerzas Armadas y lo han entendido muy bien. Ellos ya tienen un plan. En el poco tiempo que estoy aquí hemos tenido dos talleres con el Presidente y estamos ajustando el detalle presupuestario; muchos temas están en proceso de adquisición.
Lo que se nos ha autorizado es la compra de radares, por $ 112 millones. Tendremos en pocos meses todo un sistema de radares en Ecuador. Mejorar todos los sistemas tecnológicos del Ejército es la prioridad de la ciberdefensa.
También la modernización, especialmente en los militares, significa reducir el dispendio. Tomemos el ejemplo de la aviación: si bien está la FAE, la Marina y el Ejército tienen sus propios aviones. No podemos tener 3 talleres de mantenimiento, vamos a tener uno solo.
Esa es una visión no de imposición del lado civil, sino lógica de la economía porque lo que ahorramos en dispendio les permite tener recursos a ellos para modernizarse. Entonces no podemos tener una cantidad grande de bases aéreas sino las necesarias. Van a concentrarse en Taura, Manta y en la Amazonía.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario