Al
menos un centenar de palestinos murieron ayer en bombardeos en Gaza, en
la jornada más sangrienta de la ofensiva bélica emprendida por Israel
el 8 de julio, en medio de nuevas expectativas de un posible alto el
fuego humanitario.
Viviendas, centros de prensa, zonas de cultivo y mezquitas fueron alcanzados por morteros y misiles israelíes.
Los bombardeos afectaron a varias viviendas del campo de refugiados de Al Bureij.
El Ejército israelí atacó y destruyó también la residencia de Ismail Haniye, el ex primer ministro de Hamás y vicepresidente del movimiento islamista, así como oficinas de medios vinculadas al grupo.
Además dejó a la población en la oscuridad al atacar la única central eléctrica de la Franja.
Las sirenas siguieron sonando ayer en regiones del sur de Israel alertando del disparo de cohetes por milicias palestinas, que desde el inicio de la operación superan los 2.600.
En el plano diplomático, la intervención internacional no logra poner fin a un conflicto que ha causado 1.240 muertos, en su mayoría civiles palestinos, y más de 6.700 heridos; además de 53 soldados israelíes.
El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yaser Abed Rabo, anunció que las facciones palestinas habían aceptado una propuesta de alto el fuego por 24 horas, que se podrían prorrogar unas 48, según una petición de la ONU.
Sin embargo, poco después de este anuncio, Sami Abu Zuhri, portavoz de Hamás en Gaza, desmintió la información.
El bloque Mercosur se declaró ayer “horrorizado por la violencia” y exigió a Israel un “cese el fuego y que se retomen los caminos para la paz y el respeto al pueblo palestino a existir”, dijo Maduro.
Los gobiernos de Chile y Perú llamaron a consulta a sus embajadores en Israel, como ya lo hicieron Ecuador y Brasil.
Viviendas, centros de prensa, zonas de cultivo y mezquitas fueron alcanzados por morteros y misiles israelíes.
Los bombardeos afectaron a varias viviendas del campo de refugiados de Al Bureij.
El Ejército israelí atacó y destruyó también la residencia de Ismail Haniye, el ex primer ministro de Hamás y vicepresidente del movimiento islamista, así como oficinas de medios vinculadas al grupo.
Además dejó a la población en la oscuridad al atacar la única central eléctrica de la Franja.
Las sirenas siguieron sonando ayer en regiones del sur de Israel alertando del disparo de cohetes por milicias palestinas, que desde el inicio de la operación superan los 2.600.
En el plano diplomático, la intervención internacional no logra poner fin a un conflicto que ha causado 1.240 muertos, en su mayoría civiles palestinos, y más de 6.700 heridos; además de 53 soldados israelíes.
El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yaser Abed Rabo, anunció que las facciones palestinas habían aceptado una propuesta de alto el fuego por 24 horas, que se podrían prorrogar unas 48, según una petición de la ONU.
Sin embargo, poco después de este anuncio, Sami Abu Zuhri, portavoz de Hamás en Gaza, desmintió la información.
El bloque Mercosur se declaró ayer “horrorizado por la violencia” y exigió a Israel un “cese el fuego y que se retomen los caminos para la paz y el respeto al pueblo palestino a existir”, dijo Maduro.
Los gobiernos de Chile y Perú llamaron a consulta a sus embajadores en Israel, como ya lo hicieron Ecuador y Brasil.
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