La noticia fue calificada como un "hito" por la Casa Blanca:
por primera vez desde los años 90, en octubre la producción doméstica de
petróleo en Estados Unidos sobrepasó las importaciones del mismo producto.
Así lo informó esta semana la Administración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés), el brazo estadístico del Departamento de Energía, en sus Pronósticos Energéticos de Corto Plazo.
Para Estados Unidos, ese cambio significa un paso importante en el objetivo expreso del gobierno de asegurar su independencia energética, lo que tiene fines tanto económicos como de seguridad.
Para otros países del mundo, en cambio, significa que Estados Unidos, hasta hace poco el principal importador global neto, está haciendo lo posible para reducir lo que compra en otros países y temen la inestabilidad que puede venir con ello.
¿Qué tanto se verá afectada América Latina si sigue esta tendencia, en especial porque varios países tienen relaciones petroleras significativas con Estados Unidos?
Flujos de energía fortalecidos
¿Cuánto importa EE.UU. de América Latina?
- México: 28.275.000 barriles mensuales
- Venezuela: 21.020.000
- Colombia: 11.629.000
- Ecuador: 10.833.000
- Brasil: 7.012.000
- Argentina: 1.063.000
- Perú: 760.000
- Guatemala: 485.000
Importaciones de EE.UU. por país de origen
Christian Gómez, director de los temas energéticos del Consejo de las Américas, un centro de estudios de la región, cree que no mucho. Por lo menos no en el plazo inmediato.
En diálogo con BBC Mundo, Gómez dice que la búsqueda de independencia energética de Estados Unidos no significa que el país vaya a dejar de importar.
Por el contrario, "hay flujos de energía que están bien fortalecidos y que van a seguir siendo parte del mercado energético".
En el mes de octubre, según la EIA, el país produjo 7,7 millones de barriles al día en promedio e importó 7,6 millones.
Eso quiere decir que el país todavía se ve afectado por los cambios en los precios de petróleo o por la inestabilidad que pueda haber en regiones como Medio Oriente.
Un informe de principios de año del Centro para los Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés), titulado "El mito o la realidad de la independencia energética de EE.UU", se refiere a la dependencia de las importaciones energéticas directas durante al menos la próxima década.
Pero, a juzgar por las estadísticas gubernamentales, el país sí estaría dando pasos concretos hacia la meta de controlar su destino energético, algo que han tratado de conseguir varios gobiernos.
La EIA predice que la producción de petróleo se incrementará en los próximos años y las importaciones seguirán cayendo.
La entidad también considera que la producción pasará de 6,5 millones de barriles diarios en 2012 a 8,5 millones en 2014. Por su parte, las importaciones netas pasarán a ser el 28% del consumo total del país en 2014, en comparación con 2005 cuando, por ejemplo, superaron el 60%.
Otra organización, la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), publicó esta semana su propio informe en el que asegura que Estados Unidos está en camino a suplir todas sus necesidades energéticas con recursos domésticos a más tardar en 2035.
En ese sentido, el analista Christian Gómez sí cree que la relación de Estados Unidos con América Latina cambiará, pero "eventualmente".
Y explica cómo: "Va a haber una reorientación hacia otros mercados".
El petróleo de EE.UU. en cifras
- En 2012, alrededor del 40% del petróleo consumido por Estados Unidos fue importado del extranjero. Este fue el nivel más bajo desde 1991.
- Más del 50% de las importaciones provinieron del Hemisferio Occidental. 29% del Golfo Pérsico.
- Las principales fuentes de petróleo extranjero de Estados Unidos son Canadá y Arabia Saudita.
- México y Venezuela son las principales fuentes de América Latina.
- La dependencia estadounidense del petróleo importado ha caído desde su pico en 2005. Es el resultado de varios factores que incluyen una reducción en el consumo y cambios en el suministro.
Ken Medlock, director del Centro de Estudios de Energía en la Universidad Rice, en Houston, está de acuerdo con Gómez en que América Latina no necesariamente se verá afectado en el corto plazo.
Medlock le explica a BBC Mundo que si Estados Unidos sigue reduciendo sus importaciones, el primer lugar del que prescindiría no son los vecinos, que son la fuente barata más cercana de petróleo. En su opinión, primero dejaría de hacer tantos negocios con países de África o de Medio Oriente.
Pero "la siguiente pieza que caería en el dominó" sí sería América Latina, aunque eso no quiere decir que sea algo negativo para la región, pues la demanda está en crecimiento en lugares como China.
De hecho, el informe internacional de la IEA explica claramente que el centro de gravedad de la demanda energética está pasando a las economías emergentes y a China en particular. El país asiático, según la entidad, "está por convertirse en el mayor importador de petróleo". Esta estadística fue revelada también por Estados Unidos en octubre.
América Latina lleva años con un ojo puesto en China. Y viceversa. La agencia oficial de noticias china, Xinhua, publicó esta semana que China y América Latina han incrementado su "cooperación pragmática", lo que ha beneficiado a ambas partes de manera "tangible".
El mismo medio asegura que China se convirtió en el segundo socio comercial más grande de América Latina y el Caribe, que tuvo el mayor crecimiento en exportaciones hacia China.
Pero según Medlock también puede haber otro destino para el crudo latinoamericano: Europa. Y eso con posibles implicaciones geopolíticas considerables.
El analista cuenta que Europa actualmente importa de lugares como Rusia, África y Medio Oriente. Si Estados Unidos reduce sus importaciones de América Latina, el destino más cercano del crudo latinoamericano será entonces Europa, sin contar las dificultades económicas europeas actuales.
Pero hasta el momento estos cambios no están definidos. Aunque las importaciones de Estados Unidos estén cayendo, el país sigue importando cantidades considerables y sigue teniendo un comercio sustancial con América Latina. Por eso, el analista Christian Gómez insiste: "En este momento no vamos a ver un cambio muy drástico".
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