martes, 1 de abril de 2014

TEXTILERA PINTO REINVIERTE 4 MILLONES DE DÓLARES EN ECUADOR

La empresa textil Pinto presentó su nueva maquinaria en la fábrica de telas de algodón en Otavalo (norte) y sus accionistas negaron versiones que aseguraban que la compañía había desinvertido en el país suramericano, aunque sus operaciones en Perú se mantienen desde 2008.
“Fue un comunicado de prensa mal redactado y mal entendido que se convirtió en una bola de nieve que se convirtió en una noticia diferente de lo que realmente fue. Seguimos aquí (en Ecuador), seguimos reinvirtiendo aquí, lo que hubo fue una inversión en Perú para seguir siendo vigentes en la región”, precisó Carla Pinto, vocera de la compañía, a la agencia Andes.
Perú es uno de los principales productores de algodón Pima del mundo, junto con Estados Unidos, y Pinto mantiene una fábrica en ese país. En 2008, un grupo de extrabajadoras despedidas por Pinto obtuvo apoyo gubernamental (créditos por 285.000 dólares) para abrir una fábrica en Quito, Punto Ecuador, que se dedicó a compras públicas y uniformes escolares en su inicio.

Pero Pinto, cuyo modelo incluye la fabricación de tela, confección de prendas y venta en almacenes propios, registró en 2013 ventas por 22 millones de dólares y mantiene un crecimiento de 10% anual en su operación en Ecuador desde hace ocho años, cuando sus ventas marcaban 13 millones de dólares.
Esos resultados motivaron a la compañía a reinvertir en Ecuador, donde abrieron su primera fábrica hace 100 años, y colocaron el año pasado cuatro millones de dólares en nueva maquinaria para actualizar la fábrica.
Según la vocera de la empresa y responsable de comercialización, el plan de la compañía es recuperar el valor de la inversión en siete años y en su panorama actual hay nuevas oportunidades de crecimiento como consecuencia de la política del gobierno de Ecuador de sustituir importaciones e imponer normativas de calidad; por ejemplo, algunas prendas de Pinto ingresarán como básicos a las ventas por catálogo de una afamada marca de cosméticos.

“El tema textil en Colombia y en Perú es muchísimo más grande que el de Ecuador, entonces estar presente como jugadores locales en los dos países nos da ventajas competitivas que nos ayudan a la operación en Ecuador. Actualmente exportamos la tela de aquí a la operación en Perú y a su vez se exporta a otros mercados que tienen acceso por tratados de libre comercio”, dijo.
Flor Castillo es una experimentada trabajadora de la compañía en la que labora desde hace 20 años y actualmente es encargada de corte. La fábrica hace un promedio de 145.000 prendas mensuales (el último mes laboraron 170.000 prendas) y tiene una capacidad instalada para 200.000 prendas.
“El cambio siempre tiene su proceso, (el corte de tela) antes se hacía manualmente”, explica la trabajadora que explica que una de las nuevas inversiones de la empresa es una máquina brasilera de la marca Audaces que corta de manera automática los patrones de las prendas que van a confeccionar. La planta emplea a 247 personas.

La empresa, cuyo producto estrella es la camiseta tipo polo, ganó fama en Ecuador por sus prendas básicas (ropa interior, camisetas, pijamas y calentadores) pero comenzó a producir ropa de moda que cambia su colección dos veces por año (por su posición geográfica, en Ecuador solo hay invierno y verano).
“Toma 200 días planificar una colección y la idea es que cada vez que vas a un almacén encuentres un nuevo modelo”, explica Amanda Villavicencio, de comunicación de la empresa.
Pinto produce desde hace 26 años camisetas para la marca Ragman que se vende en el mercado alemán y exportaron recientemente su camiseta 17 millones, en una tasa de dos contenedores por mes que parten desde el puerto de Guayaquil.
Mónica Cadena coordina la confección en 12 módulos (dos son sólo para la exportación) donde 150 confeccionistas laboran diariamente 5.000 prendas.
“No es diferente el trabajo de prendas para exportación (en calidad), pero las tallas son más grandes”, explica la confeccionista, que coordina el trabajo en dos jornadas, de 08h00 a 12h00 y de 14h00 a 18h00, en los que los trabajadores (60% son mujeres) tienen dos momentos (cinco minutos) para esparcimiento y una exigencia de ocupar un 70% del tiempo solamente al trabajo, mientras que el 30% pueden ir al baño, conversar, dar una vuelta, cambiar hilos en las máquinas, entre otros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario