Nota del editor: Susan Bodnar es psicóloga clínica catedrática de la Facultad de Docencia de la Universidad de Columbia y del Centro Stephen Mitchell de Estudios de Relaciones. Vive en Manhattan con su esposo, dos hijos y todas sus mascotas.
(CNN) – Los niños hacen lo que se les enseña. Se convierten en lo que ven. Desafortunadamente, desde mediados de la adolescencia hasta la adolescencia tardía, los jóvenes se enfrentan a una serie de imágenes del chico malo y sexy.
Historias perturbadores sobre agresiones sexuales por parte de jóvenes, como las acusaciones de violación en Steubenville y Maryville siguen saliendo a la luz pública.
Estos jóvenes que aparecen en las noticias llegan a ser un símbolo para todos los hombres. Escuchamos menos de otros jóvenes más tranquilos, aunque constituyen una mayoría.
En la privacidad de la clínica de un psicólogo como la mía, sin embargo, muchos jóvenes admiten anhelar ese "sentimiento milagroso que surge cuando te tomas de la mano de alguien especial por primera vez".
Los niños, al igual que las niñas, tienen sentimientos complicados. Ellos luchan con sus identidades. No tienen idea de cómo relacionarse con las mujeres. El que todo valga en la moral sexual de los adolescentes crea en ellos presión para realizar el acto así como para no extralimitarse.
Investigadores han encontrado que mientras más comportamiento sexual explícitamente agresivo ve tu hijo, sus patrones de estimulación serán más orientados hacia tales imágenes. Él interiorizará estas imágenes como patrones. Al final, va a estar inclinado a actuar según ellos.
A quienes perpetúan la imagen de la sexualidad agresiva del hombre no se les hace responsables de ello, pero si tu hijo es sorprendido practicando estos actos, podría ir a la cárcel.
Entonces, ¿cuál es la mejor forma de criar a un joven que tiene valores pasados de moda?
Requiere diálogo y disciplina.
En primer lugar, valida la naturaleza confusa de la sexualidad.
"¿Dónde está el límite?", preguntó Tom, de 15 años. "Me han dejado por no besar a una chica. Pero si la beso demasiado pronto, ¿qué pasa si se siente usada o herida?
La confusa linea entre cuándo actuar por sensaciones sexuales y cuando no hacerlo, puede dificultar que un chico sepa qué hacer, especialmente cuando el alcohol entra en juego.
La ansiedad, sin embargo, detiene a las personas.
Aprender a manejar la ansiedad ayuda al niño a desarrollar confianza en sí mismo. Aprende a escuchar sus sentimientos. Eso le permite escuchar a los demás. Entonces desarrollará un buen criterio acerca de cómo manejar el delicado balance entre el impulso sexual y las acciones sexuales.
En segundo lugar, continúa oponiéndote firmemente a que los menores de edad consuman alcohol. No permitas que asista a fiestas sin supervisión. Comparte artículos sobre cómo el alcohol daña el cerebro en crecimiento y habla sobre sus efectos desinhibitorios.
El alcohol y las drogas destruyen totalmente la ansiedad que puede convertirse en la pieza clave del carácter. Dichas sustancias hacen imposible que se descubra las reglas no escritas entre dos personas que se sienten atracción mutua. Hacen imposible que se defina los pequeños pasos personales que llevan hacia una intimidad genuina.
Evan, de dieciseis años dijo: "Cuando los chicos se juntan y beben, todos esperan algún tipo de comportamiento sexual".
Los chicos pasan de ser principiantes a expertos sin haber aprendido antes como estar en una relación. Las interacciones sexuales se convierten en un baile impersonal.
En tercer lugar, aconseja a tu hijo a que no tenga contacto sexual virtual o real con alguien a quien no conoce bien.
Anima a tu hijo a que no envíe ningún tipo de fotografía de su cuerpo a través de las redes sociales. Nada de mensajes de texto con contenido sexual. Nada de fiestas donde se practique el sexo oral. No deberían tener ningún tipo de contacto sexual con alguien con quien no han compartido siquiera una comida.
En cambio, háblale a tu hijo sobre lo divertido y emocionante que es conocer a alguien. Comparte historias divertidas y vergonzosas acerca de tus citas.
Los jóvenes homosexuales y heterosexuales tendrán y deben tener relaciones sexuales. La intimidad física puede provocar sentimientos inesperados y complicados. La sexualidad consentida entre adultos puede ser poderosamente expresiva, pero una persona tiene que madurar lo suficiente como para manejar la intensidad.
La intimidad lleva tiempo, y todos cometen errores. A veces, también logran solucionarlo. Esto sucede mucho más a menudo que la agresión sexual se convierta en noticia.
Ron, ahora un estudiante universitario, dijo que apredió acerca del romance en las novelas. Al ser pequeño para su edad, no fue aceptado en el grupo de chico que empezaron a beber y a hacer comentarios respecto a las chicas y sus cuerpos.
Para cuando llegó a ser un estudiante de último año en la escuela secundaria, ya había crecido y se veía más varonil.
En el otoño, se sintió atraído por una niña del 11º grado. Habló con ella. Llegó a conocerla. Hablaron un poco más.
Y para diciembre, ellos aún seguían hablando.
Él recordó, "En la escuela, estábamos a punto de salir de vacaciones por Navidad. Estábamos en la esquina hablando acerca de qué íbamos a hacer con nuestras familias. La tomé de la mano por un momento y la besé en la boca. Y luego, empezó a nevar, ligeramente por todos lados. No en realidad. Pero así fue como me sentí".
Ron y su novia salieron todo el año. Siguen llevando una relación estrecha.
Con amor y apoyo, algunos niños aún encuentran a la indicada.
Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas de Susan Bodnar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario