Un universitario estadounidense, por no tener recursos financieros para el acceso a una impresora 3D de su campus, decidió construir su propio modelo de bajo coste.
"En la universidad tenemos una impresora láser 3D basada en polvo de resina, pero hay que pagar alrededor de 500 dólares por un cubo de polvo que solo llega para una o dos impresiones", explicó Shai Schechter, el estudiante de 20 años que se prepara para el ingreso a la Universidad Purchase de Nueva York. "Nunca la he utilizado porque es muy caro y casi no la usamos en las clases, solo aparece en el plan de estudios".
Para resolver el problema, el joven acudió a su profesor de escultura para compartir con él la idea de la construcción de una impresora 3D que utilice plástico en lugar de polvo y buscó la ayuda de tres buenos amigos. Al poco tiempo, Schecter y sus socios ya habían lanzado una campaña de promoción para comercializar su impresora 3D de bajo coste, Deltaprint, y en la primera semana les llegaron decenas de encargos.
La diferencia es evidente: mientras que una nueva impresora 3D cuesta cerca de 2.000 dólares, el precio de Deltraprintr es significativamente más bajo: 475 dólares por el aparato desmontado y 685 dólares por uno ensamblado. Junto con la máquina viene un manual de montaje de la impresora para que los usuarios puedan aprender cómo funciona y su tecnología. "Nos centramos en las instituciones educativas en primer lugar con el fin de que la gente pueda aprender a ensamblar la impresora", añadió Schecter.
El Deltaprintr utiliza tres motores paso a paso que se encuentran debajo de la plataforma de acrílico donde se imprimen los objetos. Los motores controlan los carros que mueven el extremo caliente y finalmente crean los objetos impresos tridimensionales. En vez de correas –que se utilizan en las impresoras 3D conocidas para mover el cabezal de impresión–, Shai Schechter usó sedal, lo que da a su máquina más rapidez y precisión.
Aunque el equipo Deltaprintr se centra por ahora en conseguir que su producto sea una herramienta educativa, están considerando la posibilidad de presentarlo también al mercado general. "Tenemos muchas ideas para mejorar el Deltaprintr el año que viene y reducir aún más su costo," afirmó Shai Schechter.
Para resolver el problema, el joven acudió a su profesor de escultura para compartir con él la idea de la construcción de una impresora 3D que utilice plástico en lugar de polvo y buscó la ayuda de tres buenos amigos. Al poco tiempo, Schecter y sus socios ya habían lanzado una campaña de promoción para comercializar su impresora 3D de bajo coste, Deltaprint, y en la primera semana les llegaron decenas de encargos.
youtube.com/ Mashable
La diferencia es evidente: mientras que una nueva impresora 3D cuesta cerca de 2.000 dólares, el precio de Deltraprintr es significativamente más bajo: 475 dólares por el aparato desmontado y 685 dólares por uno ensamblado. Junto con la máquina viene un manual de montaje de la impresora para que los usuarios puedan aprender cómo funciona y su tecnología. "Nos centramos en las instituciones educativas en primer lugar con el fin de que la gente pueda aprender a ensamblar la impresora", añadió Schecter.
El Deltaprintr utiliza tres motores paso a paso que se encuentran debajo de la plataforma de acrílico donde se imprimen los objetos. Los motores controlan los carros que mueven el extremo caliente y finalmente crean los objetos impresos tridimensionales. En vez de correas –que se utilizan en las impresoras 3D conocidas para mover el cabezal de impresión–, Shai Schechter usó sedal, lo que da a su máquina más rapidez y precisión.
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Aunque el equipo Deltaprintr se centra por ahora en conseguir que su producto sea una herramienta educativa, están considerando la posibilidad de presentarlo también al mercado general. "Tenemos muchas ideas para mejorar el Deltaprintr el año que viene y reducir aún más su costo," afirmó Shai Schechter.
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