Al tipear Monica Lewinsky (así, sin comillas) en el buscador de Internet, Google arroja nada menos que 2.670.000 de resultados. Y eso que el escándalo que rodeó al entonces presidente de Estados Unidos Bill Clinton no estuvo teñido por los comentarios y posteos que se reproducen en redes sociales y dan a este tipo de noticias un cariz particular, aun más “farandulero”. Quince años pasaron de aquel escándalo que se inició en el Salón Oval de la Casa Blanca y sus repercusiones llegaron a todos los confines del planeta.
Hija de un oncólogo descendiente de judíos alemanes y de una escritora -que se divorciaron en 1987 tras una gran pelea que llegó a la justicia- Mónica Samille Lewinsky nació en San Francisco el 23 de julio de 1973. Cuando recién terminaba la carrera de psicología, en 1995, logró una beca para trabajar en la Casa Blanca, que se extendió hasta 1997. Durante ese tiempo, luego confesaría ante la Corte, mantuvo nueve encuentros íntimos con el entonces mandatario.
En un momento, Lewinsky empezó a contarle a la secretaria Linda Tripp sus encuentros secretos. Fue ahí que esta asistente comenzó a grabar las charlas que después entregaría a Kenneth Starr, el abogado que elaboró la acusación, conocido como “Informe Starr”.
El esposo de Hillary juró con su mano en la Biblia que “nunca había tenido sexo con esa mujer”. Sin embargo, el famoso vestido azul de la joven dejó las especulaciones de lado y, como no había pasado por la lavandería, los expertos pudieron constatar restos de ADN de Clinton en la manga de la prenda, lo que confirmó lo que él se empeñaba en negar.
Tras el escandaloso proceso, Mónica escribió una autobiografía por la que cobró un millón y medio de dólares. Clinton terminó su segundo mandato en 2001, seguido por George W. Bush. Desde entonces, Bill se centró en la carrera política (presidencial) de su mujer y Mónica... ¿Mónica? Poco se supo de ella desde entonces.
En el año 1999 Lewinsky se convirtió en diseñadora de bolsos y, al año siguiente, promocionó una línea de productos para adelgazar. Sin embargo, terminó abruptamente su contrato porque varios usuarios manifestaron quejas a raíz de su labor.
En 2003 fue la presentadora de un reality show donde una chica soltera tenía que elegir marido entre varios hombres enmascarados, aunque el programa terminó enseguida. Tres años después, terminó la carrera de Psicología Social en la London School of Economics. Hoy tiene 40 años y ningún trabajo conocido.
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