sábado, 2 de noviembre de 2013

EL NIÑO QUE SUAVIZA EL ROSTRO DE LUKASHENKO

Las dos veces que el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, y su homólogo ecuatoriano, Rafael Correa, se han encontrado, ha posado junto a ellos un niño rubio con terno y corbata.
La primera vez ocurrió en Quito, en junio del 2012, cuando Lukashenko visitó a Rafael Correa. En ese entonces, los periodistas que cubrían la visita se preguntaban si el niño era nieto o hijo del llamado "último dictador de Europa", sobre quien recaen más que sombríos informes elaborados por los más importantes organismos de derechos humanos del mundo.
La segunda ocasión fue el jueves, cuando el presidente Correa devolvió la visita a Lukashenko. Esta vez el niño posó para la foto, mientras los presidentes de Bielorrusia y Ecuador sembraban un árbol.
Se trata de Kolya, el tercer hijo de Lukashenko. Desde el 2008, él acompaña a su padre en toda ceremonia oficial y de él se dice que está siendo entrenado para ser el heredero del poder. "Ha saludado a presidentes usando terno y corbata. Ha inspeccionado tropas vestido de militar y hasta ha votado en unas elecciones parlamentarias", decía ya en el 2009 Tom Parfitt, el corresponsal para el diario inglés The Guardian.
En junio del 2012, otro diario inglés, The Independent, hizo un reportaje sobre el niño y aseguraba que nada se sabe sobre su madre. Sus dos hermanos mayores (Víctor y Dzmitryk) son hijos de la exesposa de Lukashenko, de quien se dice que vive aislada en una finca lechera. La prensa local cree que Kolya es hijo de Iryna Abelskaja, la médica particular del Presidente.
El diario inglés The Independent encendió la polémica cuando, haciéndose eco de unas declaraciones de Lukashenko en Caracas, sostuvo que Kolya estaba siendo entrenado para suceder a su padre. Lukashenko lo negó.
Sin embargo, no hay acto oficial en el que el vástago no esté, incluido un encuentro con el papa Francisco y las numerosas veces que Lukashenko visitó a Hugo Chávez. El niño fue a su funeral en marzo. También ha estado con Fidel y Raúl Castro en Cuba.
De Kolya se sabe que le gustan las pistolas y ha sido fotografiado con una, bañada en oro, que le regaló el expresidente ruso, Dmitri Medvédev.
Apenas tiene 9 años y ya figura en el puesto 43 entre las 100 personas más influyentes de su país, de acuerdo con la revista semanal Nasza Niwa. Está por encima del jerarca de la Iglesia Ortodoxa y de los políticos de la oposición.
En abril del 2008, Lukashenko fue visto por primera vez en público con el niño. Fue durante la construcción de un inmenso coliseo deportivo. Al día siguiente, una foto de ambos estaba en todas las primeras páginas, sin que se supiera quién era el chico.
La identidad del niño no permaneció en secreto mucho tiempo. Días más tarde, durante la emisión de un documental por la televisión, Kolya fue visto dirigiéndose al Presidente como "papá". Así fue como Bielorrusia supo de la existencia del tercer y hasta entonces hijo secreto de Lukashenko.
Exponer al niño al público aparentemente fue idea de una firma británica de relaciones públicas, con la idea de "suavizar" la imagen de Lukashenko, sostiene The Guardian. Él lo ha negado.
Según esas versiones, Kolya tiene una personalidad fuerte. El Presidente reveló que en el jardín de infantes su hijo siempre se negó a hacer la siesta obligatoria de la tarde. Y en su lugar pedía la autorización para jugar, que el director se la otorgaba inmediatamente. Estos dos años recibe clases a domicilio, sin que se conozcan las razones.
Kolya nunca ha sido visto con su madre. La prensa rusa deja entrever que Lukashenko no lo permite. Pero de esa situación familiar ni él ni su Gobierno han dicho nada.
La presencia del niño, por estos secretos, no está libre de polémica. La Iglesia Ortodoxa no ve bien que un hijo concebido fuera de matrimonio ocupe una posición tan protagónica y en las redes sociales se dice que una vez mordió y pegó a un oficial de Policía.
En general, en Bielorrusia se piensa que a Kolya se le permite hacer cualquier cosa. "La sociedad reacciona negativamente hacia él porque su presencia durante las reuniones oficiales es inapropiada", dijo Alex Ancipienka, un experto en medios, en entrevista para el blog ruso Miseblogland.
El futuro de Kolya es difícil de predecir, según la prensa local. Los otros dos hijos de Lukashenko, que son mayores, son funcionarios públicos. Víctor es asesor presidencial en temas de Seguridad y supervisa a todos los ministerios relacionales, y el segundo, Dzmitryk, es presidente de un club deportivo. En una entrevista con un canal de televisión de Latvia, Kolya dijo que le gustaría unirse a la Spetnaz, una fuerza militar especial "para defender a mi patria".
¡Cuidado con los peluches!

"La avioneta ingresó a espacio aéreo bielorruso y se dirigió hasta la capital, Minsk. Cuando sobrevolaba la ciudad, la puerta de cargo se abrió y una fuerza invasora de pequeños luchadores por la libertad saltaron en paracaídas".
"Bielorrusia estaba bajo ataque... de osos de peluche".
Este episodio real, narrado por The New York Times el 1 de agosto del 2012, retrata lo que ocurre en Bielorrusia. En efecto, unos jóvenes suecos aficionados a la comedia decidieron soltar desde el aire a 800 osos de peluche con consignas a favor de la democracia en Bielorrusia, como una forma de llamar la atención ante el que se considera uno de los regímenes más represores y violadores de los derechos humanos.
Cuando conoció sobre la "invasión" de los osos de peluche, Lukashenko, furioso, destituyó a dos generales por no haber impedido la "humillación" a su país y detuvo a varias personas que no tuvieron nada que ver en el tema.
Las cosas pudieron haber salido peor, según The New York Times. En 1995, dos estadounidenses se extraviaron en un globo e ingresaron a espacio aéreo bielorruso. Bajo las órdenes de Lukashenko se disparó un misil desde un helicóptero y los dos despistados aeronavegadores murieron.
Lukashenko es, en efecto, un líder prácticamente aislado por los países democráticos de Europa, pues sobre sus hombros pesan los informes sobre violaciones a los derechos humanos. Realmente es poco lo que se sabe de ese país.

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