domingo, 17 de noviembre de 2013

VIDEO DEL ASESINATO DEL JOHN F. KENNEDY.


El hombre que filmó los veintiséis segundos más trascendentales de la historia estadounidense, no era cineasta, ni periodista. Era sastre.


El 22 de noviembre de 1963, Abraham Zapruder, un ucraniano de raíces judías que había nacido en Kovel en 1905, cuando la Unión Soviética todavía no era la Unión Soviética, tomó su cámara Bell & Howell Director Series Model 414 Zoomatic, de 8 milímetros, se paró en un pequeño pedestal de cemento en la Plaza Dealey de Dallas, Texas, de espaldas al montículo de césped y a la valla de madera de donde se cree partió el disparo que voló la cabeza del presidente John Kennedy, y se dispuso a filmar el paso de la caravana presidencial. Zapruder disparó su cámara en cuanto vio a los primeros dos motociclistas de la comitiva abrir paso sobre la calle Elm al Lincoln en el que viajaban, en orden y de izquierda a derecha, el chofer y agente del Servicio Secreto William Greer, el agente a cargo del operativo Roy Kellerman, Nellie Connaly y John Connaly, gobernador de Texas, Jacqueline y John Kennedy.


El resultado de lo que filmó Zapruder fue la película casera más vista, revista, analizada, ampliada y digitalizada de la historia. Es un film mudo. La escena más famosa está numerada con el 313. Es el legendario "frame 313" que muestra cómo estalla la cabeza de Kennedy por un balazo que parece entrar por el parietal derecho, levanta un globo de sangre y de materia gris, impulsa hacia atrás al presidente y lo derrumba sobre el traje Dior, rosa, de su mujer.
El film de Zapruder parece refutar de modo contundente el informe oficial sobre el asesinato que afirma que el disparo que mató a Kennedy llegó desde atrás, desde el Depósito de Libros de Texas donde estaba apostado, presuntamente, Lee Harvey Oswald, el único imputado por el asesinato, que fue asesinado a su vez dos días después por el hampón Jack Ruby en los sótanos del Departamento de Policía de Dallas. La modesta película de Zapruder refuta también el gigantesco y contradictorio Informe Warren, la historia oficial del asesinato de Kennedy, que afirma que hubo un solo tirador y que fue Oswald.


Zapruder no sabía que iba a pasar a la historia. Ni era su intención. Es más: ni siquiera estuvo demasiado dispuesto a filmar el paso de la caravana presidencial. Gran parte del film se lo debe la historia a Marilyn Sitzman, secretaria, recepcionista y ayudante de Zapruder en su empresa. Ambos habían quedado en filmar el paso del presidente, pero esa mañana amaneció gris y cargada de nubes en Dallas. Zapruder creyó que no tenía luz suficiente y se encontró con Marilyn en la Plaza Dealey, sin su cámara. Al mediodía, casi sobre la llegada de Kennedy, el cielo se abrió y Marilyn convenció a Zapruder de que volviera a su casa y regresara cámara en mano. Iba a ser difícil, pero tal vez el esfuerzo valiera la pena.


Zapruder estaba acostumbrado a los esfuerzos. Había escapado de Rusia a los 15 años, en 1920, en medio de la Guerra Civil entre bolcheviques y mencheviques, rojos y blancos, que siguió a la Revolución de Octubre de 1917. Con su familia llegó a Estados Unidos y vivió en Brooklyn. Se casó con Lilian en 1933 y tuvo dos hijos. En plena Segunda Guerra Mundial, en 1941, se mudó a Dallas para trabajar en la industria textil. Fundó una propia empresa, Nardis, junto a la diseñadora Jeanne LeGon, casada con uno de los tantos personajes que rondó la historia del asesinato de Kennedy: George de Mohrenschildt. En 1959 Zapruder armó su propia empresa dedicada a la ropa de mujer, con oficinas frente a la Plaza Dealey muy cerca del fatídico depósito de libros.


El sastre no sería cineasta ni periodista, pero tenía un pulso de acero: la cámara no tiembla, ni se sobresalta con el estruendo de los disparos en el soleado mediodía de Dallas. Cuando Kennedy cae hacia su izquierda, cuando Jaqueline se aroddilla en el amplio baúl del Lincoln para tratar de tomar los fragmentos de cráneo y de cerebro de su marido, cuando el agente del servicio secreto Clinton Hill trepa al Lincoln y le salva la vida y cuando el chofer Greer acelera rumbo al Parkland Hospital, el pulso templado de Zapruder no titubea un segundo.


El día del magnicidio, en realidad minutos después, Zapruder participó de un programa de televisión en donde afirmó que el balazo que mató a Kennedy había sido disparado a sus espaldas y que el impacto había entrado por el frente de la cabeza del presidente, cerca de la sien derecha. Zapruder tenía el depósito de libros al frente.


El sastre ucraniano, que tenía ciudadanía estadounidense, hizo tres copias de su película. Una quedó en poder del Servicio Secreto. La otra copia la vendió a Time Life por cincuenta mil dólares declarados que, según otras fuentes, fueron en total 250 mil. Time Life se quedó con todos los derechos de explotación de la película, que ocultó durante años al resto del mundo: sólo publicó fragmentos fotográficos. Al dueño y fundador de Time, Henry Luce, se le adjudicaron siempre estrechos vínculos con la CIA.


En los años 70 Time-Life cedió todos los derechos del film a la familia Zapruder por el precio simbólico de un dólar. Luce había muerto en 1967. El mundo recién vio, completos esos dieciocho segundos dramáticos de la historia en 1975, en el programa "Goodnight América" que conducía Geraldo Rivera. Fue una conmoción. Y fue entonces que el nombre de Zapruder volvió a la fama.


Su dueño, el sastre del pulso de acero, no podía gozarla. Había muerto de cáncer el 30 de agosto de 1975. Tenía 65 años.
http://www.clarin.com/mundo/Veintiseis-segundos-conmovieron-mundo_0_1031297185.html
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